Smolov ya descansa desde el domingo en Moscú junto a su familia tras convertirse en el segundo futbolista del Celta que se salta el confinamiento para regresar a su país pese a la prohibición que existe en España para hacerlo.

Ya se conocen bastantes más detalles del viaje que realizó durante la tarde del sábado, 4 de abril, y buena parte del domingo. El futbolista ruso, uno de los pocos que se encontraba completamente solo en Vigo (Pione tenía la compañía de su hermana y Bradaric, aunque lejos de su pareja e hijo, reside ahora mismo con un amigo y preparador físico), se subió el sábado a un avión privado, un Bombardier Challenger 850, que llegó procedente de Brno y tomó tierra en Peinador pasadas las siete de la tarde. El ruso inició su viaje una hora después. Debido a que resultaba imposible viajar hasta Rusia porque el espacio aéreo de ese país se encuentra cerrado, eligió como destino el aeropuerto de Minsk en Bielorrusia que era la opción más próxima a su verdadero destino. El avión llegó a la capital bielorrusa a las 01:54 horas de la mañana del domingo. A continuación el jugador se subió a un coche que le llevó a Moscú tras cubrir los casi setecientos kilómetros que hay entre las dos ciudades.

Smolov ya pasó su primer día en Rusia. Una de las primeras cosas que hizo en su país fue colgar un mensaje en ruso y castellano en el que pedía comprensión por su decisión y explicó que el motivo de su viaje fue el inminente cierre de fronteras que según parece va a decretar el gobierno de Putin. Ante la imposibilidad de viajar durante un tiempo a su país, el futbolista pidió permiso al Celta que trató de ayudarle aunque se encontraron con la negativa por parte de la Liga de Fútbol Profesional. El jugador, en ese breve mensaje, promete volver con rapidez cuando la situación se normalice.

Curiosamente el futbolista borró ayer de sus cuentas personales casi todos los mensajes y fotos antiguos que tenía y simplemente dejó las últimas que corresponden a sus días ya como jugador del Celta. En diversos medios rusos se apuntaba la posibilidad de que el jugador hubiese viajado a Rusia para acompañar a su novia, la niete pequeña del expresidente Boris Yeltsin, en su dieciocho cumpleaños.