La pandemia de Covid 19 mantiene paralizada la actividad del Celta en todos los frentes. Sin fecha segura de retorno a la competición, con la plantilla confinada en casa y la planificación deportiva aparcada, el club vigués solo mantenía inalterado su plan de mudarse la próxima temporada a la nueva ciudad deportiva de Mos, cuya primera fase confíaba tener rematada este verano tras sufrir diversos retrasos en los últimos meses.

Hasta ayer, el sector de la construcción era uno de los pocos que se mantenía activo, lo que hacía al club albergar esperanzas de poder continuar las obras. Sin embargo, la decisión del Gobierno de extender las medidas restrictivas a todos los trabajadores de actividades no esenciales podría comprometer los planes de tener operativa la instalación antes de que la próxima Liga alce el telón. Las obras van a sufrir, en el mejor de los casos, un retraso de dos semanas. Y eso siempre que la medida no se prolongue. En esta primera fase, deben estar operativos los campos de entrenamiento del primer equipo y el filial, así como el edificio que albergará los despachos del personal técnico de la plantilla profesional y las categorías inferiores.

El deficiente estado de los campos de entrenamiento de A Madroa, envejecidos por el paso de los años y la falta de inversión y proclives a lesiones, incrementa la necesidad de tener operativa la instalación a la mayor brevedad posible.