Las lesiones han golpeado con dureza al Celta en otra temporada en la que el equipo vigués ha vivido con el agua al cuello. Los problemas físicos han agitado la vida competitiva del conjunto celeste ya desde la pretemporada y han lastrado el rendimiento del grupo a lo largo todo el curso con toda suerte de contratiempos que han afectado a una parte muy significativa del plantel. Solo siete futbolistas han conseguido esquivar el problema: Iago Aspas, Lucas Olaza, Néstor Araújo, Joseph Aidoo, Pione Sisto, Brais Méndez y Pape Cheikh para estar a disposición del técnico en todos los compromisos ligueros.

El jugador del Celta con más minutos sobre el terreno de juego es Iago Aspas. Después de perderse el pasado curso casi tres meses de competición por una rotura de fibras en el gemelo interno con grave merma para las prestaciones ofensivas del equipo, el goleador morracense ha disputado casi completos 25 de los 26 compromisos ligueros disputados hasta la fecha. Se ha perdido apenas un encuentro (el ultimo contra el Getafe) por acumulación de cinco tarjetas amarillas. Y eso que las alarmas saltaron cuando el astro céltico sufrió un traumatismo en la rodilla derecha tras un golpe con un contrario en un amistoso de pretemporada frente al Unión Berlín a diez días del inicio del campeonato. Felizmente, el moañés llegó en perfectas condiciones físicas al debut liguero contra el Real Madrid y no ha vuelto a sufrir percance alguno.

Lucas Olaza es, tras Aspas, el segundo jugador del plantel más utilizado este curso. El uruguayo ha estado disponible también en todos los encuentros ligueros. No fue convocado por descanso en el duelo ante el Deportivo Alavés y fue suplente ante el Betis. Desde la llegada de Óscar, el lateral charrúa ha disputado todos los partidos completos. Olaza tan solo ha sufrido un pequeño contratiempo en marzo, una microrrotura de fibras en el sóleo derecho durante el parón liguero que no le impidió estar a disposición del técnico. No obstante, Fran Escribá no lo convocó para Mendizorroza por precaución.

No menos relevante es el caso de Néstor Araújo, quien el pasado curso tuvo que lidiar con las secuelas de una grave lesión de rodilla y que también ha disputado 25 d los 27 compromisos ligueros. El mexicano fue excluido por decisión técnica para el partido ante el Alavés y se perdió por tarjetas el compromiso de las Noche de Reyes en Balaídos ante Osasuna.

El cuarto en importancia de los "invulnerables" del Celta esta temporada ha sido Joseph Aidoo quien, hasta la llegada de Jeison Murillo en el mercado de invierno, fue indiscutible tanto para Fran Escribá como para Óscar García. El ghanés sufrió en el Wanda Metropolitano un mareo tras golpearse la cabeza con un rival en un salto que le obligó a retirarse del campo. Tras permanecer unos días en observación, fue reclutado para el siguiente partido. Aidoo ha sido convocado para todos los encuentros ligueros de esta temporada, aunque ha visto cinco de ellos desde el banquillo.

Muy diferente es el caso de Pione Sisto, a quien Óscar García rescató del ostracismo nada más hacerse cargo del Celta y al que, tras un par de titularidades, el técnico sabadellense ha reservado el papel de revulsivo. Sisto no ha sufrido un solo contratiempo físico, pero suma apenas este curso 765 minutos repartidos en 19 encuentros, la mayor parte como suplente. Su rendimiento ha estado por encima de su protagonismo. Sus números en relación al tiempo que ha permanecido sobre el terreno de juego están entre los mejores del equipo.

Mayor protagonismo, aunque con menor rendimiento y participación intermitente, ha tenido Brais Méndez, un futbolista que desde su llegada al primer equipo celeste en la campaña 2017-18 tan solo se ha perdido cuatro partidos por lesión, todos la pasada temporada. Su influencia en el equipo ha decaído este curso, en el que ha participado en 21 partidos, aunque solo 9 de ellos como titular. Ha visto otros cinco desde el banquillo y no ha sido convocado por decisión técnica en el último desplazamiento del Celta a Mestalla.

El caso de Pape Cheikh guarda similitudes, aunque también diferencias con el de Pione Sisto. Irrelevante para Escribá, el hispano-senegalés tuvo una considerable importancia para Óscar, que le dio galones en sus primeros partidos. Un episodio de indisciplina no aclarado antes de la visita a Butarque lo relegó sin embargo a la marginación, hasta el punto de que le buscó salida en el último mercado invernal. El técnico afirma que el problema está olvidado, pero el canterano solo ha jugado 23 minutos en los últimos 9 partidos.