Pocas veces se le aplaudirá al Celta jugar al cero a cero. La de esta noche era una de esas contadas excepciones. La visita al Getafe, sin Aspas, se preveía como un auténtico sufrimiento y así fue. Los azulones acosaron a los celestes de todas las formas posibles con constantes llegadas al área de Rubén y una presión asfixiante. Los centros y los remates de los atacantes locales se sucedieron durante todo el partido mientras el Celta, encerrado en su área, repelió una y otra vez cada embestida. Rubén Blanco, que tuvo trabajo a destajo, consiguió mantener su portería a buen recaudo con la ayuda inestimable de todos sus compañeros. El Celta igualó en intensidad a un Getafe que no levantó el pie del acelerador ni cuando se quedó con uno menos por la expulsión de Mauro Arambarri. Los celestes, que solo pisaron el área contraria en algún contragolpe aislado, guardarán este punto como un tesoro. El empate permite a los de Óscar García respirar fuera del descenso y seguir sumando. Ya son cinco jornadas en las que el Celta no conoce la derrota.

Visitar el Coliseum Alfonso Pérez no es plato de buen gusto para ningún equipo de LaLiga. Este curso solo Real Madrid, Sevilla y Barcelona han conseguido derribar al equipo de José Bordalás. Así que el Celta, que acudía a esta cita sin la referencia de Iago Aspas, se consagró a la solidez defensiva que ha ganado en las últimas semanas para salir vivo de Getafe. Otra cosa parecía sumamente complicada visto el partido que plantearon los azulones. El Getafe es un experto en apretar al rival. Someterlo a base de una presión muy adelantada y escasas concesiones al fútbol combinativo. En este campo del sur de Madrid se ataca con pocos toques y no se permite que el rival se crezca con largas posesiones. Cada vez que un celeste daba más de tres pasos con el balón controlado terminaba en el suelo. No iba a ser el día para que el Celta luciese su fútbol de salón.

Así que tocó adaptarse. Óscar García acertó otra vez con su defensa con tres centrales y con el regreso del sancionado Bradaric al doble pivote junto a Okay. El papel de conectar al equipo volvió a recaer en Rafinha, pero los hombres de Bordalás anularon al hispano-brasileño que se pasó más tiempo rodando por el césped que con la pelota en los pies. Mina, y sobre todo Smolov, se desgañitaron para buscar soluciones, pero el partido se disputó muy lejos de su zona de influencia.

El Getafe monopolizó el juego y las ocasiones. Cada pelota cerca del área celeste se convertía en una batalla. No había un metro cuadrado de campo en el que los azulones no fuesen a la guerra. Y cada vez que cogían el balón, lo ponían en el área, donde esperaban Jaime Mata, Jorge Molina y los centrocampistas que se incorporaban desde segunda línea. Las llegadas de los madrileños se sucedían una tras otra. Casi una veintena de lanzamientos durante los noventa minutos. Rubén Blanco, que a los doce minutos voló para hacer un paradón a mano cambiada tras un derechazo de Arambarri, no dejó de achicar agua hasta el pitido final. Tampoco los centrales, muy seguros en el juego aéreo y siempre atentos para salir a tapar cualquier remate del Getafe, que los hizo de todos los colores.

El panorama no cambió con el descanso. Incluso empeoró al tener que ser sustituido Rafinha tras tantas patadas. Entró Brais justo después de que Bordalás diese entrada a Ángel. El Getafe, metido en la pelea por los puestos Champions, no se conformaba con el empate y adelantó más a sus centrales. Djené se incrustó en la línea de centrocampistas a la vez que Óscar García daba entrada al 'Toro' Fernández por un desfondado Smolov. El uruguayo, junto a Brais, se postuló como una amenaza real a la contra y dispuso de la mejor ocasión de los vigueses al rematar fuera un centro de Mallo después de haber ganado la posición en el primer palo.

El Coliseum apretaba y el Getafe igual. Y cuando el Getafe aumenta la intensidad también aumenta su agresividad. Diez minutos después de que el colegiado perdonase la segunda amarilla a Damián Suárez expulsó a Arambarri por una fuerte patada a Brais casi a la altura de la ingle. Con diez minutos por delante, parecía que el Celta iba a poder respirar e incluso lanzarse a por el partido. Sin embargo el Getafe no varió el plan. Nyon y Maksimovic lo intentaron hasta el final con otros dos lanzamientos abortados por los hombres celestes. El milagro para los de Vigo puso llegar sobre la bocina, con una falta lateral que Olaza colgó en el corazón del área y que no encontró rematador.

Punto vital para el Celta. Tercer partido con la portería a cero y quinto sin perder. Los celestes se distancian en un punto del Mallorca en la pelea por el descenso. La próxima semana LaLiga regresa a Balaídos con la visita del Villarreal.

Ficha técnica:

Getafe: Soria; Damián (Cabaco, m. 83), Djené, Etxeita, Nyom; Etebo (Kenedy, m. 70), Arambarri, Maksimovic, Cucurella; Jaime Mata y Jorge Molina (Ángel, m. 61).

Celta: Rubén; Hugo Mallo, Aidoo, Murillo, Araújo, Olaza; Rafinha (Brais Méndez, m. 62), Bradaric, Okay; Santi Mina (Pione, m. 89) y Smolov (Toro Fernández, m. 70).

Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Mostró cartulina amarilla a Araújo (m. 32), Hugo Mallo (m. 56), Rubén (m. 60) por parte del Celta y a Cucurella (m. 46), Maksimovic (m.55), Jaime Mata (m. 70) y Damián (m. 71) por parte del Getafe. Expulsó a Arambarri por doble amonestación (m. 54 y 82).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésima séptima jornada de LaLiga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante 11.286 espectadores.