El Granada fue hace seis años talismán para Rafinha en la temporada de su debut en Primera División con el Celta de la mano de Luis Enrique Martínez. El brasileño anotó el gol del empate entre ambos equipos en Balaídos y revolucionó con una actuación portentosa el partido disputado en Los Cármenes que marcó el punto de inflexión que impulsó el despegue del conjunto celeste en la tabla tras una discreta primera vuelta.

En su primer enfrentamiento contra los nazaríes, en Balaídos, Rafinha abrió el marcador en un partido que concluyó en tablas (1-1) tras igualar Piti la contienda en el segundo tiempo. En duelo de la segunda vuelta, disputado en Los Cármenes, Rafinha desatascó un encuentro igualado con una genialidad que relanzó al equipo en el partido y la competición. Agarró la pelota en un córner sacado en cortó y sentó a todos sus rivales con una imparable galopada en el área hasta servir en bandeja a Cabral el primer gol del partido. Tras empatar el Granada por medio de El Arabi, los celestes sentenciaron el choque por medio de Augusto.