Respiró el Celta B tras lograr la victoria ante un Las Palmas Atlético que se mete también en el lío por la permanencia, y ahora ocupa el puesto de play out de permanencia. Los célticos, por su parte, continúan en puestos de descenso, pero con la salvación a tan solo dos puntos.

Onésimo introdujo varios cambios en el "once" inicial de los célticos, tocando todas las líneas. La ausencia de Farrando en el centro de la defensa la suplió colocando al recién llegado Markel en su lugar. Por delante, Moha tampoco estaba, por lo que el técnico optó por colocar a Solís, que estaba más metido en el centro del campo que por delante de la defensa. Arriba, Onésimo le dio descanso a Manolito Apeh, colocando de cara a Manu Justo como hombre más adelantado.

Pero seguro que los vigueses no esperaban una presión tan arriba como la que hicieron los canarios en la primera parte. Fue una situación que llegó a producir serias dudas en el equipo vigués, pues si se sacaba en largo desde la portería la mayoría de los balones acaban en la posesión canaria, mientras que si se intentaba jugar desde atrás la presión propiciaba la pérdida de balones que podían suponer un serio peligro. Pero los canarios tampoco lo tuvieron fácil, porque el Celta B también presionaba muy arriba cada vez que recuperaban el balón. Una circunstancia que provocó que ninguno de los dos equipos tuviera mucho tiempo la posesión del balón, y este circulara de un lado al otro del campo sin demasiado orden ni concierto.

La peor parte se la llevaron los aficionados que acudieron al campo de Barreiro, pues se perdieron lo mejor del fútbol, los goles, porque en la primera media hora de juego no hubo ni ocasiones de gol, pues lo más cercano fueron disparos lejanos que salieron bastante desviados de las porterías.

El primer aviso, más o menos serio, fue del Celta B a la media hora de juego, con un disparo de Yeboah, el más incisivo de esta primera parte, que salió fuera poco Todo apuntaba a un final del primer tiempo sin goles, pero en partidos como el de la mañana de ayer una jugada aislada puede ser crucial, y esa llegó a un minuto para el descanso en una jugada de estrategia. El Celta B saca un córner al primer palo, y allí aparece Jacobo para enviar el balón al fondo de las mallas. Sin lugar a dudas era lo mejor que le podía pasar al filial antes del descanso.

El cuadro canario movió el banquillo tras el paso por el vestuario con dos cambios que, la verdad, no le ayudaron en nada al equipo, más bien lo contrario. El Celta B se encontró más cómodo sobre el terreno de juego, y a los dos minutos llegó la primera polémica del partido, con una nueva internada de Yeboah por la banda, que acaba con el céltico en el suelo reclamando una pena máxima que el colegiado no señaló.

A pesar de que los canarios tenían problemas para llegar al área, pudieron empatar en el minuto cincuenta y nueve con un disparo de Juan Rodríguez que sacó Markel en la línea. Ahí llegaron los mejores momentos del Celta B, con varias acciones que bien pudieron acabar el gol, si los célticos hubieran sido más solidarios optando por jugar por las bandas en lugar de intentar el gol.

La polémica volvió en una jugada en la que Carreira sube por la banda derecha, mete el balón atrás y Bermejo lo coloca lejos del alcance de Álex Domínguez. Mientras los vigueses celebraban el gol, y los canarios se lamentaban, el colegiado anula el tanto a instancias de su auxiliar, al entender que Jacobo, que no estaba en la jugada, se encontraba en fuera de juego posicional.

Los minutos finales fueron de agobio, con un Las Palmas B lanzado a por el empate, y un Celta B que buscaba una contra para sentenciar el partido.