El Celta no falló en una jornada clave, en la que inició el encuentro ante el Oviedo sabiendo del tropiezo del Sporting de Gijón en Lugo. Los célticos sabían de la importancia del partido ante los ovetenses, pues eran tres puntos que ampliaban a cinco el colchón sobre el Sporting, único rival que le puede arrebatar el campeonato, a siete jornadas para la conclusión del campeonato.

Un calendario en donde los jugadores entrenados por Jorge Cuesta se medirán a los últimos cuatro clasificados y al Atlético Perines, Conxo y Val Miñor.

Jorge Cuesta recuperó para esta parte importante de la temporada a jugadores como Lauti o Iker Losada, que no contaban en el filial. Su presencia reforzó a un equipo que desde el pitido inicial ejerció una presión agobiante sobre los jugadores asturianos, que bastante tenían con defenderse para no encajar un gol.

De hecho, y a pesar del dominio, el Celta no conseguía dar ese último pase que le permitiera romper la igualdad inicial, y a medida que pasaban los minutos del primer cuarto el marcador no se movía.

Todo indicaba que se llegaría al descanso con el marcador, inicial, pero a cuatro minutos para acabar el periodo, Iker Losada agarra el balón, y en una jugada personal consigue batir a Diego, con lo que comenzaba el fin del partido.

Tras el paso por el vestuario, el Celta salió a por todas ante un Oviedo que tímidamente quería salir al ataque, pero los vigueses necesitaron únicamente cinco minutos para sentenciar de forma definitiva el partido. Un segundo gol de Losada, uno de Gyesi y otro de Raúl, dejaban el marcador en un 3-0 a menos de media hora para la conclusión, con lo que todo quedaba visto para sentencia.

El Celta era un ciclón y todavía tuvieron tiempo para anotar dos goles más y cerrar una mañana prodigiosa de fútbol, que deja el título un poco más cerca.