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Munuera, otra vez a debate

Óscar compara la roja mostrada a Bradaric con la que no se mostró a Bale en un partido en el que el andaluz gestionaba el VAR

Munuera expulsa a Bradaric. // Marta G. Brea

Munuera Montero se ha convertido en el Díaz Vega de esta generación céltica; un árbitro cuya designación se recibe con pesadumbre, en un creciente memorial de agravios. Al árbitro se le reprocha especialmente la expulsión de Bradaric; lo cierto es que ajustada a derecho, aunque en el territorio de la interpretación. Iago Aspas admitirá al final del encuentro: "La hemos visto en el vestuario luego. No podemos decir nada". Óscar García se mostrará mucho más crítico con el colegiado jienense. La relación ha quedado viciada a causa de los precedentes.

Todo empezó a torcerse en abril de 2017, en Eibar. Munuera no pitó un penalti sobre Bongonda. Sergio, sentando en el banquillo, vio la roja por patear una nevera. Mallo también fue expulsado y acudió al vestuario arbitral a disculparse por haber dicho: "No tenéis vergüenza". Munuera escribió que el capitán le había llamado "sinvergüenza", una diferencia sustancial en su repercusión disciplinaria. El Celta acusó a Munuera de haber mentido en el acta. Cinco célticos fueron amonestados por protestar. "La actitud del árbitro principal no ha estado acorde con lo que el fútbol español exige", aseguró el club en un comunicado oficial. Después, tras otra actuación controvertida en Mestalla (2-1) en diciembre de ese año, Mallo hablaría de prevaricación en Munuera: "Si no es casualidad, es muy malo, son muchas situaciones muy raras. Nos sentimos puteados". El club céltico solicitaría formalmente que no les pitase más en esa campaña.

La tensión ha sido evidente cada vez que han vuelto a cruzarse sus caminos. Y estalló cuando Munuera extrajo la tarjeta roja de su bolsillo para sancionar la entrada de Bradaric a Bustinza por, según escribe en el acta, "disputar el balón a un adversario con el pie en forma de plancha con fuerza excesiva". La descripción, si fue la misma en su relato a los encargados del VAR, se ajusta a la realidad e impidió cualquier tipo de rearbitraje. Al entrenador céltico le sacó la amarilla acto seguido "por lanzar una botella contra el suelo en señal de disconformidad". A Balaídos le subió la irritación cuando sí consultó en el VAR la roja que había mostrado al visitante Óscar. Se la cambió a amarilla por "derribar a un adversario en la disputa del balón de manera temeraria". Porque en esa acción Mario Melero López, el árbitro encargado del videoarbitraje, advirtió a Munuera de que Óscar había encogido la pierna al final, derribando a Olaza con el culo.

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Munuera, en la salida al campo tras el descanso, dedicó gestos cariñosos a Araújo y Denis Suárez, al que había amonestado por protestar, y después se despidió de manera cordial de Iago Aspas, con el que también optó por contemporizar. El Celta se había serenado tras reccionar con histeria a la expulsión de Bradaric. "Teníamos claro que no podíamos continuar así", admite Óscar sobre cómo gestionó esa situación en el vestuario. "Nos estábamos centrando en otra cosa que no era el jugar el partido. Podemos protestar desde fuera pero dentro tienen que tener la mentalidad de continuar con el partido. Y así ha sido".

El técnico celeste sí se muestra crítico con Munuera. "En directo no me ha parecido expulsión. Van los dos a la disputa del balón. El jugador del Leganés está con la pierna levantada. Me pareció más expulsión la de Bale".

Menciona la falta del galés sobre Rafinha porque Munuera administraba el VAR en el partido contra el Real Madrid. En realidad, Munuera tuvo que respetar la decisión de Alberola Rojas, que juzgó -equivocadamente, según la mayoría de expertos- una patada que había visto perfectamente. Óscar insiste: "No quiero hablar del árbitro pero como no hablo cuando pierdo, ahora que gano? Me ha extrañado, no sé si desde el VAR no le avisaron de que vaya a revisar nuestra roja y la del equipo contrario sí. Me pareció mucho más agresiva la de Bale que esta de Bradaric, que va a la disputa del balón y el jugador contrario está con los pies levantados. Me parece más expulsión la de la semana pasada pero allí no se miró ni se revisó".

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