La Copa del Rey regresa al estadio de La Cartuja, escenario de la última gran pesadilla vivida por el Celta en esta competición. La Federación Española de Fútbol (RFEF) anunció que el estadio sevillano acogerá las cuatro próximas finales de la Copa del Rey, la primera de ellas el 18 de abril con equipos aún por determinar. Eso significa que el estadio inutilizado de la capital andaluza volverá a acoger un partido definitivo de este torneo, algo que no sucede desde el año 2001 cuando el Celta perdió con el Zaragoza en un duelo que aún se reproduce en las pesadillas de los aficionados del equipo vigués. Sucedió el 30 de junio. Mostovoi adelantó a los vigueses en los primeros minutos de juego pero luego se vieron superados por los goles de Aguado, Jamelli de penalti y Yordi en el descuento. Por el camino, los vigueses desperdiciaron situaciones para haber alcanzado al menos la prórroga. Más de veinti cinco mil aficionados del Celta cruzaron el país aquellos días para acompañar al equipo, el doble de los que movilizó el Zaragoza. En la capital maña pocos creían en aquel título que sin embargo se llevaron para su casa. Desde aquel día el estadio sevillano apenas ha acogido un par de partidos de fútbol, ninguno de ellos de Copa.

El recinto deportivo de la capital andaluza, con capacidad para más de 57.000 espectadores, fue elegido como sede permanente de la final copera hasta 2023 por la Mesa de adjudicación de la RFEF, reunida ayer en la Ciudad del Fútbol de las Rozas.

Inaugurado en 1999, el Estadio de La Cartuja, el segundo más grande de Andalucía después del Benito Villamarín, ya acogió las finales de Copa de la temporada 1998-99, con victoria del Valencia sobre el Atlético de Madrid (3-0), y de la 2000-01. Será la cuarta ocasión que Sevilla albergue la final del torneo del 'k.o' después de hacerlo el año pasado en el Benito Villamarín y en 1925 en el Estadio Reina Victoria.

Además, el recinto también fue sede del Campeonato Mundial de atletismo al aire libre en 1999 y de las finales de la Copa Davis de 2004 entre España y los Estados Unidos y de 2011, ante Argentina, pero con el tiempo fue decayendo su actividad y, de hecho, lleva clausurado desde 2018 debido al mal estado de su cubierta.

En la final de 2001 la final tuvo graves problemas de organización a todos los niveles. Con un calor asfixiante, los aficionados se encontraron con que no funcionaban los servicios, que no había agua en las pocas cantinas que estaban abiertas y que tanto el acceso como la salida del estadio eran realmente complicados. Imposible guardar un buen recuerdo de aquello.