El Celta parece haber dejado atrás muchos de sus viejos problemas pero todavía no ha encontrado la solución a algunas de sus preocupaciones. Ahora el equipo responde sobre el césped. Los celestes vuelven a sentirse competitivos. Solo falta rematar las faenas. La del Eibar de la semana pasada y la de esta noche ante el Valencia. Los vigueses mostraron esta noche en Mestalla su mejor cara. Pero una semana más salió cruz (1-0). Cuando más decidido estaba el Celta a llevarse la victoria llegó el tanto de Carlos Soler. Antes lo había hecho casi todo bien. Rubén se había hecho grande bajo los palos para frenar las acometidas locales; Okay y Rafinha eran capaces de superar a Coquelin y a Parejo en el centro del campo y Aspas se había convertido en un dolor de cabeza para Jaume Domènech. Los vigueses merecían marcar. El Celta confiaba en ello y Óscar también. Quitó a uno de sus tres centrales para que Pione Sisto aumentase la presión sobre el área ché. Entonces llegó el mazazo. Un mal pase, un mal despeje y la opción de puntuar se esfumó. Smolov y Mina saltaron al campo para buscar el empate a la desesperada. No hubo manera. El Celta, que lleva ocho jornadas sin conocer el triunfo, se mantiene en posiciones de descenso una jornada más. Sevilla y Real Madrid examinarán las próximas jornadas la mejoría celeste.

La visita a Mestalla, donde el Valencia no ha caído esta temporada, se presuponía un calvario para un equipo que se está jugando el descenso. No fue así para el Celta. Los de Óscar García presentaron batalla durante los noventa minutos. Con varios retoques en el dibujo y en las fichas, los celestes mostraron una versión muy parecida a la que a punto estuvo de derrotar al Eibar el pasado domingo. El técnico catalán apostó por una defensa con tres centrales -no la empleaba desde su debut en el Camp Nou- con Aidoo, Murillo y Araújo. Las bandas fueron para Kevin y Olaza, mientras que en la medular Okay reafirmó su buen estado de forma. El turco estuvo escoltado por Beltrán, algo dubitativo en sus pases al inicio del encuentro, y Rafinha. Santi Mina, negado con el gol este curso, se quedó en el banquillo junto al último fichaje, el ruso Smolov; y el "Toro" Fernández jugó como titular junto a Iago Aspas. La presencia del ariete uruguayo, que tampoco consiguió marcar, tuvo una influencia directa en sus compañeros. El "Toro" descargó balones, se ofreció en la banda derecha y se peleó con los centrales valencianistas hasta la extenuación. Su presencia liberó a Aspas, que encontró una y otra vez pasillos para trazar diagonales y generar peligro.

Pero enfrente del Celta había un gran equipo. El Valencia se volcó en sus bandas, donde sus laterales y sus extremos buscaban una y otra vez la espalda de Kevin y Olaza. El italiano Florenzi y el canterano Ferrán fueron la principal fuente de peligro de los locales en los compases iniciales. De sus botas nacieron los remates de Wass y del propio Florenzi que obligaron a emplearse a fondo a Rubén. También Soler tuvo una oportunidad bastante clara a la altura del punto de penalti que envió fuera. Pero una vez superado el chaparrón inicial del Valencia el Celta se hizo fuerte en el centro del campo con circulaciones fluidas y verticales. Aspas, desde la frontal, lanzó con poca intención un disparo a las manos de Domènech y Beltrán, cerca del descanso, no atinó a rematar un centro envenenado de Kevin.

El la segunda mitad el Celta volvió al campo con hambre. Aspas seguía erre que erre. Dirigió un libre directo a la escuadra pero Parejo, muy listo, retrasó su posición en el último segundo para despejar con la cabeza bajo palos. El moañés también lo intentó con la derecha en una acción de contragolpe pero su disparo se marchó fuera rechazado por un defensor. Hasta lo intentó el "Toro" con un remate de tijera. Los celestes atravesaban su mejor momento del partido pero el gol, al igual que la semana pasada contra el Eibar, no llegaba. Óscar introdujo más mordiente. Pione Sisto relevó a Araújo. Olía a sangre en Mestalla. Pero al final la que se derramó fue la celeste. Gayá se quedó un pase precipitado de Kevin hacia el "Toro" y jugó con Ferrán a la espalda del lateral celeste. El centro del extremo lo despejó Murillo de manera defectuosa en el que pudo ser su único fallo del encuentro y Rodrigo, más avispado que Aidoo, peinó el balón hacia el segundo palo donde llegaba Soler, que presentó el interior del pie para colocar su disparo en el fondo de la red.

Óscar tocó a rebato. Hizo debutar a Smolov y sacó también a Santi Mina. El Celta murió en torno al área de Jaume Domènech mientras que el Valencia intentaba cerrar el partido en alguna contra. No se movió el marcador. Tampoco se moverá el Celta en la clasificación. Sigue atascado en las posiciones de descenso y no aprovecha los pinchazos de sus rivales directos. Quedan por delante dos enfrentamientos de altos vuelos ante el Sevilla y el Madrid.