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El Celta combate contra el gol

La falta de pegada permite al Eibar escapar con vida de Balaídos y mantiene al equpo vigués anclado al furgón de cola

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El Celta, negado ante la portería

Mal color tiene este Celta que ni jugando a un gran nivel es capaz de marcar un gol. La falta de pegada volvió ayer a pasar una elevada factura al grupo de Óscar García, que lo hizo todo biensalvo lo principal: acertar con la portería contraria. En circunstancias más favorables, sin el aliento del descenso en la nuca, el punto sumado frente un equipo tan incómodo como el Eibar habría tenido mucho mejor sabor. Pero los celestes siguen peleados con el gol -siete apenas contabilizan en Balaídos en lo que va de curso- y sin él resulta imposible salir de pobre.

El empate deja un regusto amargo, no tanto por el juego, que fue de lo mejor que se ha visto esta temporada, como por la sensación de frustración que genera que una victoria que era imprescindible conseguir se escurra entre las manos cuando la acaricias con la yema de los dedos. En fútbol no siempre basta con jugar mejor. Acercarse a la victoria no es una opción. La situación actual requiere de resultados.

Poco o muy poco ha reportado el empate. Aunque recortan en un punto su desventaja con respecto al Mallorca, los celestes no ganan terreno con respecto a sus perseguidores, fallan en su propósito de meter en la pomada al Eibar (que sigue a 6 puntos con el diferencial de goles a su favor) y apenas recortan un punto al Valladolid.

Con este arduo panorama, el Celta traga saliva antes de afrontar el empinado tramo de calendario que en las próximas tres jornadas va a enfrentarle con el Valencia, el Sevilla y el Real Madrid. Queda por ver ahora si pesa más en el ánimo del plantel el buen juego desplegado frente a los armeros o la inevitable sensación de impotencia que genera la persistente falta de resultados.

mejoría generalizada

Óscar García recurrió para enfrentarse al Eibar a un once renovado. Solo Kevin y Araújo repitieron con respecto al equipo que cayó en la Copa, con evidente mejoría en todas las líneas. El partido dejó, en este sentido, signos de esperanza, si el equipo es capaz de mantener, el caudal de juego, la intensidad y el nivel de compromiso desplegado ayer contra los armeros.

Aunque el actual técnico es reacio a definir un equipo tipo y a la espera del encaje que puedan tener los fichajes invernales, la fisonomía del equipo no debería cambiar mucho en jornadas venideras.

monopolio de la pelota

A diferencia del yermo dominio de partidos anteriores, el Celta dio ayer sentido al manejo de la pelota. El equipo vigués anuló al Eibar con el balón y fue capaz de generar un caudal de juego suficiente como para haber goleado al conjunto armero de haber tenido un mínimo de acierto en la definición. El gran trabajo de Dmitrovic, que realizó no menos de tres paradas salvadoras, resultó decisivo.

Aunque el esquema fue similar al de otros encuentros, un 4-2-3-1 con Okay y Fran Beltrán al cargo de la sala de máquinas; Rafinha de enganche; Mina y Sisto en las bandas y Aspas en punta, Óscar García introdujo una variante táctica que mejoró notablemente el ataque celeste al situar a Mina en banda izquierda, donde el vigués, pese al gafe, parece moverse con mucha más comodidad, y a Sisto en la derecha, con una gran actuación del extremo danés, que generó constantes quebraderos de cabeza a la defensa armera hasta que el técnico decidió cambiarlo.

Esta novedosa disposición táctica dio al ataque una amplitud desconocida este temporada. El Celta exploró nuevos caminos hacia la portería rival y puso en constante jaque a Dmitrovic, obligando a multiplicarse a la zaga armera. Infelizmente, cuando el portero armero no lo impidió, faltó tino en la definición y pausa y complicidad en el área contraria para finalizar con éxito las jugadas.

portería a cero

El tercer empate sin goles del curso es el que tiene peor sabor. A gloria supo el rebañado con Fran Escribá en el Metropolitano y a muy poco el concedido, ya con Óscar García, contra el Valladolid, justo después de firmar en La Cerámica la primera victoria a domicilio del curso. El de ayer frente al Eibar no sabe mejor, pero ofrece al menos la constatación de que el equipo ha mejorado mucho en defensa con respecto a anteriores partidos.

La llegada de Jeison Murillo ha tenido mucho que ver con ello. El colombiano no solo ha proporcionado consistencia a la marca, seguridad en el juego aéreo y mando en plaza, sino que ha encontrado una productiva complicidad con Araújo en el eje de la línea y es capaz de ofrecer soluciones a la salida de la pelota en situaciones comprometidas. Viene a sumar.

No menos prometedora fue la actuación de Okay, que sujetó al equipo con una impecable labor en el juego posicional, y el paso adelante de Fran Beltrán, que se complementó bien con el turco y se agregó con peligro al ataque.

el "caso sisto"

La decisión de cambiar a Sisto en uno de sus mejores partidos este curso soliviantó a la grada y generó el enfado del danés, que recibió por ello la reprimenda (y quizás un castigo mayor) del técnico. El desencuentro he levantado más polvareda de lo necesario para una situación de lo más habitual en el fútbol, que no trasciende de la mera anécdota y que Óscar se ha tomado demasiado pecho. Por más que rezongase el jugador, no fue tanto el agravio. Y aunque es cierto el danés le debe al técnico su rehabilitación, en nada ayuda echárselo en cara y menos pedir que se le sancione.

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