Punto y final a la presencia del Celta en la Copa del Rey. Si los celestes buscaban alivio a sus penurias ligueras en la competición del KO, se han quedado sin esa válvula de optimismo. El Mirandés, de Segunda, ha expulsado del torneo al grupo de Óscar García por 2 a 1, con el tanto decisivo marcado en los minutos finales de la prórroga. Un poco antes los locales habían fallado un penalti que también le costó la expulsión a Rafinha. Tuvo el empate Araújo, pero el larguero escupió un cabezazo que parecía gol sí o sí.

A los vigueses ya les costó sudor llegar al minuto 90 con el partido empatado. Tuvo que recurrir el entrenador a toda su artillería: salieron del banco Pione Sisto, autor de un gol tremendo, Iago Aspas y Rafinha. Parecía que el partido se inclinaba del lado del Celta, pero el Mirandés nunca dejó de amenazar a la contra. La moneda al aire en la que se convirtió el choque en el último tramo cayó del lado del equipo de inferior categoría.

Había dispuesto de inicio el entrenador catalán un equipo con más suplentes que titulares, y con el esquema con el que debutó contra el Barcelona, con tres centrales y dos carrileros. El Mirandés salió con una marcha más y pudo adelantarse, pero Sergio Álvarez lo evitó con una gran parada. Con el paso de los minutos, el Celta frenó a los locales a través de posesiones tan largas como improductivas ofensivamente. Solo el 'Toro' Fernández generó algo de peligro con varios intentos, ninguno demasiado acertado.

En esas estaba el partido cuando el Mirandés volvió a acercarse con peligro. A la salida de un córner, los locales ganaron un rechace y el tiro posterior se fue contra la mano de Brais Méndez. Matheus lo convirtió. Era el minuto 28 de la primera parte y el Celta ya sabía que le iba a tocar sufrir.

No fue hasta la salida de Pione Sisto por Juan Hernández al comienzo de la segunda parte que el equipo se reactivó. Lo intentó el danés en varias ocasiones con tiros que resultaron malos ensayos del lanzamiento que, en el minuto 75, supuso el empate, un misil desde fuera del área a la escuadra de Limones. En ese momento, ya estaban también en el campo Iago Aspas y Rafinha, y Óscar había cambiado el dibujo por un 4-4-2, con Jorge Sáenz de pivote.

El Celta lo intentó y tuvo muchas llegadas, pero le faltó claridad en el último pase o en el remate. Aspas, por ejemplo, tuvo el 1 a 2 tras una gran arrancada del 'Toro'. El estado del campo tampoco ayudaba a las combinaciones que una y otra vez buscaba el de Moaña con Denis, Rafinha o Sisto. Como el Mirandés tampoco supo aprovechar un par de contras claras, el partido se fue a la prórroga.

La prolongación continuó en una dinámica parecida, con el Celta llevando el peso, pero incapaz de plasmar su superioridad en el marcador. En un exceso de confianza, Rafinha, que estuvo lejos del nivel mostrado en Bilbao, se dejó robar la cartera cerca del área. De inmediato sujetó el delantero del Mirandés para frenar el mano a mano. El agarrón empezó fuera del área, pero el árbitro decidió pitar penalti y expulsión. El 'Gato' de Catoira le ganó el duelo a Álvaro Rey. No valió de nada; en la jugada siguiente, nada pudo hacer ante un tiro desde dentro del área.

Quedaban poco más de cinco minutos y el Celta tiró de orgullo. Tuvo Jorge Sáenz el empate de cabeza, pero Limones hizo una gran parada. En el siguiente córner, Néstor Araújo mandó al larguero lo que parecía el cabezazo que llevaría el partido a los penaltis. No fue así y el Celta se va de Anduva sin poder agarrarse a nada más que a su salvación en la La Liga.