El fútbol lleva tiempo rendido a la velocidad: del balón y del intercambio de cromos en las plantillas. Los continuos movimientos de jugadores entre clubes deja secuelas en las plantillas como la falta de liderazgo, al que apelan los equipos con dificultades, como los barcos a la deriva qu van en busca de un patrón experimentado que evite el naufragio.
En menos de tres años, el Celta ha realizado 56 movimientos de mercado: 25 de entrada y 31 de salida. El último en llegar ha sido Jeison Murillo. Este frenético intercambio de piezas era impensable en los tiempos que les tocó vivir como futbolistas a Juan Fernández y a Javier Maté. Juntos acumulan más de setecientos partidos con la celeste, tras más de una década jugando en Balaídos. De la actual plantilla céltica, sólo siete continúan desde 2017, año inolvidable para el club por las semifinales de la Copa y de la Liga Europa.
Juan Fernández sumó 349 partidos con el Celta que brilló en los años setenta del siglo pasado y el ferrolano percibe un cambio brusco en el deporte de su vida. Cree que prima el negocio y que la esencia está en los canteros. Lamenta la falta de paciencia para que se asiente un proyecto deportivo. "Los clubes ahora están muy presionados por aficionados y secretarios técnicos, que ante las críticas ya se disponen a buscar otros jugadores. El fútbol actual es un negocio y la prueba está en el Celta: se encuentra en una mala situación deportiva y vende a un jugador cuando aún no tiene el recambio del que se marchó. El problema es que a veces no hay paciencia con lo que tenemos en casa. Es una mezcla de negocio y falta de paciencia. Y el jugador actual, a veces, mira más por sus intereses que por el club. Por ejemplo, Lobotka se marcha a Italia y allí suelta que se aburría en el Celta, cuando este club lo dio a conocer. Ese es uno de los grandes problemas de este deporte. Esto no ocurre con la gente de la cantera, como podemos ver con Iago Aspas o Santi Mina, que siempre trabajan por el bien del equipo y cuando hacen una crítica es para el bien del club y los intereses del resto de compañeros", explica Juan Fernández
El liderazgo, según este veterano futbolista, está vinculado a la proximidad con el club y a la permanencia prolongada en el mismo. "Los únicos que pueden ejercer liderazgo en el equipo son los que llevan muchos años, como Mallo, Aspas, Sergio o Rubén. Se han criado en la cantera y les duele el Celta. Eso se les nota cada vez que hablan. Pero este problema no es de ahora. Cuando yo jugaba, Manolo era el líder y otros estábamos ayudándole. Pasa lo mismo en equipos que realizan muchos fichajes cada temporada. La mayoría no sienten al equipo y no son honrados con el trabajo que están desarrollando", añade Fernández.
El liderazgo, según Javier Maté, está en declive en la mayoría de equipos y cree que se relaciona con el incesante trasiego de futbolistas. "Igual que los jugadores deben mostrar fidelidad a unos colores; entiendo que los clubes, también. ¿Qué pasa? Que esto se ha perdido, ahora mismo no existe. No podemos acordarnos ahora en el Celta de la falta de liderazgo porque había jugadores que lo podían asumir pero se han ido. Los que han llegado tendrán otras virtudes, pero no esas. Ahora mismo es muy difícil hablar de liderazgo en un equipo, no solo en el Celta sino en todos. Es un poco producto de la dinámica de los clubes y de que los jugadores se cansan pronto en un destino y quieren emprender nuevos retos. Ahora mismo es muy difícil que un jugador se pase diez años en un club, cuando en mi época fuimos unos cuantos los que nos mantuvimos tanto tiempo en un mismo equipo. Es la ley de la oferta y la demanda. También se produce esto por la amplitud y la globalización del fútbol", sostiene quien disputó 368 partidos con el Celta y fue su capitán.
