El Celta Zorka Recalvi cerró la primera vuelta del campeonato con un abultada victoria sobre el colista de la competición, el Pozuelo. Sin embargo fue una victoria más trabajada de lo que dice la diferencia final, ya que en los dos primeros cuartos el equipo vigués tuvo problemas para defender a un cuadro madrileño que hizo un juego anárquico y que le salió bien.

El cuadro madrileño sabía que tenía muchos problemas para jugar dentro de la zona dada la mayor envergadura de las pívots célticas, por lo que basó su juego en el tiro exterior, sobre todo en triples, en donde logró un cuarenta por ciento de acierto. En los dos primeros cuartos logró seis canastas, la mayor parte de ellas al límite de los 24 segundos de posesión, con lanzamientos forzados. El Celta Zorka Recalvi no estaba a gusto sobre el parquet de Navia. El equipo vigués no estaba cómodo en labores ofensivas, moviendo el balón sin velocidad y dejando que las madrileñas llegaran a los cortes imposibilitando que las jugadoras entrenadas por Cristina Cantero encontraran buenas posiciones para el lanzamiento a canasta.

Además, el Pozuelo había encontrado su filón con Paloma García, la excéltica, que tenía ganas de hacer un buen partido y que en los dos primeros cuartos fue la artífice de que durante minutos el Pozuelo fuera por delante en el marcador. De hecho, al final de los dos primeros cuartos, Paloma había logrado una valoración de 16, muy por encima de los nueve de Edeferioka que era la segunda en el ranking del encuentro.

En el descanso, Cristina Cantero le cambió el rol a Anne Senosian, que centró sus esfuerzos en secar a Paloma para que no siguiera haciéndole daño al equipo. Fue el punto de inflexión del partido. El Celta Zorka Recalvi ajustó la defensa y al no pasar por Paloma el balón, el equipo madrileño se desinfló. Pero no solo el cuadro céltico defendía bien, sino que recuperaba balones para salir con velocidad a la contra, con lo que en dos minutos consiguieron un parcial de 9-0 que rompía la igualdad entre los dos conjuntos.

El parcial del tercer cuarto lo dice todo y los números de Paloma también, ya que de anotar 13 puntos en los dos primeros cuartos, en 16 minutos sobre la pista con cuatro rebotes y una asistencia, en los 29 minutos de los dos últimos cuartos anotó dos puntos, dio una asistencia, recuperó un balón y perdió dos, y sin su aportación el cuadro madrileño se hundió de forma definitiva.

Los últimos diez minutos de juego no tuvieron demasiada historia, con un cuadro vigués muy intenso, tanto en defensa como en ataque. Cantero le dio minutos incluso a la júnior Sara Vidal, que debutaba este año en la competición, aunque ya lo había hecho esta temporada, finalizando el encuentro sin demasiados contratiempos.