Stanislav Lobotka es ya historia del Celta. El internacional eslovaco viajó ayer a Italia para pasar reconocimiento con el Nápoles y estampar su firma en el contrato que lo vinculará al club que preside Aurelio di Laurentiis por las próximas cuatro temporadas y media.
El club vigués hará oficial en las próximas horas la venta del jugador, cuyo nuevo salario rondará los 1,8 millones anuales. El Celta no conserva derechos sobre un futuro traspaso del centrocampista, que compró al Nordsjaelland danés en el julio de 2017 por 5 millones.
El trapaso de Lobotka se ha concretado en un montante fijo de 21 millones de euros, más otros 4 en variables "de fácil cumplimiento", según fuentes del Celta, y es el segundo más alto de la historia del club tras el del delantero uruguayo Maxi Gómez, vendido el pasado verano al Valencia por 30 millones. El club vigués deberá ceder el 20 por ciento del traspaso al Nordsjaelland danés, el club en el que militaba el jugador eslovaco cuando el club celeste lo adquirió en el verano de 2017. La venta de Stanislav Lobotka se produce después de que el mediocentro estuviese en el punto de mira de equipos importantes europeos en los últimos años. Tras intentar sin éxito su fichaje en las dos últimas ventanas de mercado, el Nápoles se hace con sus servicios tras acercarse mucho a los 25 millones de euros que el Celta exigía para desprenderse del jugador, que tenía contrato en vigor hasta junio de 2023 y cuya cláusula de rescisión, tras su renovación en febrero de 2018, era de 50 millones.
Con el cierre de la operación, el Celta obtiene liquidez con la que afrontar los tres refuerzos (uno por línea) que ha pedido Óscar García Junyent en la reapertura invernal del mercado y se desprende de un futbolista "descentrado", al que el técnico dejó en la grada en los últimos partidos por su falta de implicación. En tales circunstancias, el club había llegado a la conclusión de la necesidad de vender a uno de sus activos más cotizados, no en vano Lobotka ha sido titular con los cinco entrenadores que ha tenido desde su llegada el club. Sus números no admiten discusión: 6.675 minutos con el Celta repartidos en 90 partidos (86 de Liga y 4 de Copa), de los que tan solo fue suplente en 7. Se perdió otros 5 por lesión y no fue alineado en 2. Sus altas cifras de participación y sus dotes en la conducción y recuperación contrastan con su escasa influencia en el juego de ataque, donde tanto solo ha sido capaz de aportar una asistencia. en dos temporadas y media.
