El videoarbitraje vuelve a ser protagonista de LaLiga por la disparidad de criterios en cuanto a la revisión de determinadas jugadas. El Celta se siente perjudicado en el partido de ayer ante el Mallorca y elevará una protesta ante la Federación Española de Fútbol al entender que debían señalarse dos penaltis a su favor, y mostrarse una roja directa a un futbolista bermellón y una doble cartulina a otro compañero. Las quejas del conjunto celeste se suman a las anunciadas por el Barcelona y Osasuna en una jornada negativa para el VAR.

El Celta hizo una primera protesta informal a las pocas horas de concluir el partido, a través de su cuenta oficial de Twitter, en la que incluyó las imágenes de las jugadas polémicas que de pitarse hubiesen supuesto dos penaltis a favor del equipo de Óscar García y dos expulsiones en las filas del conjunto mallorquinista.

"Penalti, roja, penalti, segunda amarilla. ¿Es esto justo? Las tres primeras son acciones claras de VAR. ¿Por qué no intervino? Respeto. VARbaridad", fue el mensaje que el Celta añadió a las imágenes en las que el central Raillo derribó de una patada en el estómago a Brais Méndez en el área del Mallorca tras un saque de esquina. Los mismos protagonizaron el pisotón que el céltico recibió en la entrepierna de su rival, que tardó en ver la segunda amarilla que le supuso la expulsión. Además, el guardameta del Mallorca derribó a Lobotka cuando el eslovaco remataba a portería y Rafinha fue cazado por Hernández cuando el colombiano ya tenía una tarjeta amarilla. El árbitro hizo el gesto de sacar la segunda tarjeta, pero prefirió no castigar al Mallorca con la segunda expulsión.

Con estas imágenes como prueba, el Celta ha decidido elevar una protesta ante la federación por la utilización del VAR. Ayer, De Burgos Bengoetxea tuvo que detener el juego para que se revisasen dos posibles penaltis contra el Celta. El primero no lo pitó, pero sí el segundo por un pisotón de Aidoo a Ante Budimir. Sin embargo, en las redes sociales había una imagen congelada sobre la acción de esa pena máxima en la que parecía que la falta del defensa céltico se produce antes de que un jugador del Mallorca ponga en juego el balón que había salido por una banda.

Sin la pelota en juego, desde el VAR se propuso al árbitro que revisase la acción y después de una larga espera decretó penalti a favor de los visitantes. El Mallorca también se quejó del penalti sobre Olaza, pero en esa acción el árbitro estaba a un metro de la acción.