Emre Mor pide paciencia a los aficionados del Galatasaray. El joven turcodanés, cedido por el Celta, admite que no está rindiendo al nivel esperado, pero confía en que pronto revertirá la situación. Así lo ha comentado a través de sus redes sociales, pocos días después de que medios de comunicación de su país asegurasen que la directiva del club de Estambul estaba considerando la posibilidad de intentar cancelar la cesión.

"Últimamente hemos tenido dificultades, tanto individualmente como en equipo", escribe Mor. "Me doy cuenta de que mi rendimiento no es bueno. Creo que el equipo volverá más fuerte y los buenos tiempos están cerca para ganar su confianza y cumplir con sus expectativas".

Mor no acaba de enderezar una carrera que pareció despega cuando el Borussia Dortmund lo fichó del Nordsjaelland. A la postre en el conjunto danés ha sido en el único en el que ha enlazado seis meses de juego continuo y brillante. No cuajó en Alemania y en el Celta, tras dos campañas de problemas disciplinarios constantes y decepcionantes actuaciones, decidieron cederlo a un club de Turquía, país con cuya selección juega y donde conservaba cierto prestigio, para intentar frenar la devaluación del jugador.

De momento no ha sido así. Mor ha disputado diez partidos de la liga turca, tres de la Liga de Campeones, uno de la copa y otro de la supercopa (que su equipo conquistó), pero sin estabilidad en el once inicial, saliendo muchas veces desde el banquillo. No ha marcado ni dado ninguna asistencia.