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El "efecto Óscar García" se esfuma

El colista propina un baño de realidad a un Celta inoperante, que regaló al Leganés el primer tiempo y la mitad del segundo

Lucas Olaza recibe una falta de Óscar Rodríguez, autor de los dos primeros goles del Leganés, durante el partido disputado ayer en Butarque. // Europa Press

El efecto Óscar García se ha diluido como un azucarillo. El humilde Leganés propinó anoche un baño de cruda realidad a un Celta deprimente, que desaprovechó en la cancha del colista una inmejorable ocasión para salir del hoyo con un partido miserable. El peor Celta del curso, el conjunto apagado e inoperante que caracterizó los últimos tiempos de Fran Escribá, asomó de forma inquietante durante más de 70 minutos en Butarque. Pedía Óscar García la víspera a su equipo personalidad con el balón e intensidad él y los futbolistas respondieron al requerimiento del técnico regalando al rival y el primer tiempo y la mitad del segundo. El Leganés no lo desaprovechó.

Solo cuando todo parecía perdido, con tres goles en contra y uno menos en el campo, dio muestras de vida el equipo vigués, que se metió en el partido cuando no ya no se le esperaba gracias a un acción de estrategia eficazmente ejecutada que Néstor Araújo convirtió en gol con un certero testarazo y una genialidad de Iago Aspas. El moañés tuvo incluso el empate en sus botas mano a mano frente a Cuéllar, pero disparó al muñeco y el Leganés, con muchos nervios, se las compuso para resistir el asedio de los celestes en los minutos finales.

La tardía reacción del Celta (que jugó mucho mejor con 10 que con 11 sobre el campo) no maquilla los evidentes problemas de identidad (o mejor dicho de falta de ella) que acompañan al equipo desde que el balón echó a rodar en agosto pasado. Un conjunto de temperamento endeble, lento de cabeza y de piernas y propenso a la pérdida, pero también pobre en ideas y romo en ataque cuando no aparece Iago Aspas. Un equipo, en suma, sin nervio, carente de alma, en el que no acaba de asomar el talento que se le supone. Apenas un puñado de futbolistas se salvaron anoche de la quema: Olaza, Araújo, Pape, Sisto y Iago Aspas.

la hora más baja de mallo

El partido de Hugo Mallo en Butarque fue el epítome del inquietante declive en el juego que el capitán celeste viene experimentado desde hace ya algunos meses y que ha llegado a un punto álgido esta temporada. Se ha perdido ya la cuenta de los goles que han costado al Celta las pérdidas de balón del marinense desde que el campeonato alzó el telón en agosto pasado El segundo gol de Óscar Rodríguez -el primero lo anota el atacante pepinero con un lanzamiento de falta imparable- es el perfecto ejemplo del bajo momento de juego que atraviesa Mallo, pero ilustra también el cúmulo de despropósitos (incluido el manotazo al aire de Rubén) en que el Celta convirtió el primer tiempo.

Con 2-0 al descanso, Óscar García tuvo al menos el ojo de retirar al marinense del campo. Gabriel Fernández reforzó el ataque y Pape, uno de los pocos fichajes que están dando realmente la cara, pasó al carril derecho. El Celta mejoró, aunque no lo suficiente.

fichajes inoperantes

Claro que los problemas del Celta no pueden explicarse (ni mucho menos resumirse) en el bajo momento de forma de su capitán Las altas expectativas generadas por la Operación Retorno con la que el club recuperó (con ingente inversión por cierto) para la causa a los talentos perdidos de la cantera parecen haberse convertido más en un problema que en una solución. Denis Suárez no aparece; a Rafinha se le esperan, Santi Mina brega pero no las enchufa...

El bajo rendimiento de tipos llamados a compartir con Iago Aspas el liderazgo del equipo ha trascendido al terreno de juego. La falta de juego y resultados se ha convertido en un creciente problema de confianza que amenaza ruina. El bloqueo mental persiste.

más sabe el diablo...

La experiencia de Javier Aguirre se impuso a la pizarra de Óscar, García que curiosamente hizo bueno el viejo dicho acuñado por Helenio Herrera ("Se juega mejor con diez que con once") el día en que el Vasco igualaba al mítico inventor del catenaccio como entrenador americano con más partidos en LaLiga (359).

Pese a las importantes bajas con las que contaba en defensa, el técnico mexicano armó una doble línea defensiva de cinco defensas y tres centrocampistas que anuló por completo a los celestes, sin ideas y empecinados en jugar el pie, durante más de 70 minutos.

Pero Óscar tuvo al menos la virtud de reaccionar e intentó reactivar al equipo moviendo el banquillo, primero con la entrada de Sisto, por un renqueante Denis, cambiando luego al Toro por Mallo y finalmente con la entrada de Brais, aunque la aportación del mosense fue muy poco relevante. Entre lo rescatable de la noche hay que citar la jugada del primer gol celeste, una acción ensayada que Sisto centró al segundo palo con veneno, el Toro prolongó al corazón del área y Araújo envió al fondo de la red con un certero cabezazo.

otra delicia de aspas

Iago Aspas puede pasarse, como anoche, 80 minutos casi inadvertido y emerger de la nada para cambiar la cara a un partido con una genialidad. Y así puede calificarse la pequeña obra maestra, culminada con la puntera, casi cayéndose, que el mago moañés se sacó de la chistera para meter en el partido al Celta en los 10 minutos finales. Infelizmente, el astro céltico estrelló luego contra Cuéllar un mano a mano que pudo haber dado al Celta un punto inmerecido.

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