Lucas Olaza recibió un fuerte golpe en el tobillo izquierdo en los últimos minutos del partidillo con el que el Celta finalizó el entrenamiento de ayer, por el que tuvo que ser atendido por los fisioterapeutas del primer equipo sobre el mismo césped.

El lateral uruguayo, tras permanecer varios minutos tendido en el suelo y charlar con el técnico Óscar García, se retiró cojeando a la banda para finalizar la sesión con unos ejercicios de estiramientos.

Antes ya había dado el susto Lobotka tras recibir un fuerte golpe de Pape Cheikh durante ese partido a dimensiones reducidas, aunque en este caso el centrocampista pudo seguir ejercitándose.

El portero Rubén Blanco, que se perdió los últimos dos partidos ligueros por un esguince de rodilla, trabajó al margen del grupo con el recuperador Pedro Docampo antes de comenzar a entrenar con Nando Villa, preparador de porteros. Además, Claudio Beauvue inició trabajo con el grupo tras su operación de rodilla.