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Esto ya pinta mejor

La llegada de Oscar García al banquillo marca una diferencia con Escribá

Óscar García, entrenador del Celta // Domenech Castelló

Lo peor que te pueden decir como entrenador es que tu equipo no se sabe a lo que juega. Y ésta es la conclusión a la que nos llevó el empecinamiento de Escribá repitiendo sistema, alineación y errores.

En casi un mes y tres partidos Óscar García nos está diciendo que quiere un equipo protagonista, como lo fue en las últimas temporadas (Luis Enrique, Berizzo). La dirección deportiva lleva años orientada en fichar jugadores con buen nivel técnico para tener el balón y la iniciativa. Óscar está en esa línea: un equipo con posesión, intensidad y ritmo, que tenga el control del juego y del partido. En defensa, presión alta e inmediata, después de pérdida, para recuperar cuanto antes el balón. En ataque, triangular, jugar de cara, buscar el hombre libre, crear superioridades, dividir el juego, hacer paredes, hasta conseguir la finalización. Todo esto es la teoría, una tarea de tiempo. Se puede perder o ganar, pero el estilo está definido. Ahora hay que encontrar el sistema.

Analizando el plantel, la portería está, más o menos, cubierta. Rubén, hasta la lesión, mostró regularidad y Sergio cumple cuando le toca. La defensa es completa, con todos los puestos doblados. En la línea media, la única, pero importante, carencia es la falta de jugadores con desborde en las bandas, demasiados que juegan por dentro y de características similares. Dividiendo el medio campo en defensa y ataque, tenemos como más defensivos a Okay(el mejor mediocentro, aporta equilibrio, ¿qué pasa con él?), Pape y Beltrán. Lobotka no es mediocentro, es más interior (conduce, rompe líneas, defiende mal), arriesgado colocarlo en esa posición. Los demás son todos ofensivos, figurando como delanteros más específicos Iago, Gabriel Fernández, Pione y Santi Mina. Se ha hablado mucho de Pione esta semana por su partido en Villarreal. Pione es rápido, con desborde y buen disparo. Éstas son las condiciones de un delantero, sus desmarques deben ser siempre de ruptura, a la espalda de la defensa (gol en Villarreal), nunca de apoyo, porque se pierde entre líneas. Lleva varios años en el Celta y nunca había jugado de esta manera, siempre venía a recibir y nunca rompía al espacio. El Villarreal favoreció también su juego.

El sistema. Sin tener en cuenta el partido contra el Barcelona, en Villarreal se jugó un 4-2-3-1, con Pape y Lobotka como doble medio centro. Ante el Valladolid la posición de salida fue 4-3-3, pasando en la segunda parte al 4-2-3-1, al adelantar la posición de Denis. Un medio campo demasiado endeble (Lobotka como medio centro, Pape y Denís como interiores) y poco desborde en las bandas. Hecho el análisis de esta plantilla está claro que no puede jugar 4-3-3, sencillamente porque no hay extremos, sin embargo sí hay muchas variantes para el 4-4-2(4-5-1), combinando todos los jugadores ofensivos. Es aquí donde Óscar tiene que encontrar el equilibrio.

Algo muy importante a tener en cuenta por el entrenador para que el equipo juegue con agresividad defensiva y ofensiva. Han regresado jugadores que se habían ido a grandes clubes, eso les puede llevar a engaño, creyéndose mejores de lo que son y sin la necesaria humildad. Uno de los errores de Escribá fue haberlos mimado demasiado. Por todo esto es fundamental la máxima exigencia en los entrenos para que su rendimiento sea también el máximo.

* Entrenador nacional de fútbol

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