El Celta no pudo superar al Valladolid en Balaídos (0 - 0), sigue sin encadenar dos victorias seguidas y no sale de los puestos del descenso. El partido, que bien pudieron ganar los locales por número de ocasiones e insistencia, sirve para recordar que en el fútbol hay milagros, pero no a diario: el conjunto que penó durante los 13 primeros partidos de LaLiga no va a convertirse de repente en el Dream Team. Con todo, se confirman las señales positivas de los dos primeros partidos de Óscar García, que repitió once con el único cambio de Santi Mina por Brais Méndez, aunque hoy fuesen insuficientes.

Comenzó dominante el Valladolid, que llegó a probar a Sergio con algún tiro lejano, pero pronto los vigueses se sacudieron el dominio. Un robo de Iago Aspas en el costado izquierdo le permitió entrar en el área y buscar un tiro cruzado que le sacó Masip. A partir de ahí, varios minutos de acoso de los que los pucelanos sobrevivieron con cierta fortuna. Su portero despejó un chutazo de Pione Sisto -de nuevo enchufado- desde el pico del área y Aspas casi emula el último tanto del otro día contra el Villarreal. Esta vez los defensas y lo espeso del campo le dificultaron la galopada y no pudo culminar con eficacia.

Después de esos minutos el ímpetu celeste se frenó y a la vuelta del descanso el Valladolid volvió a controlar la situación. Le costó ahí al grupo de Óscar García revertir la situación, por momentos volvieron las sombras del equipo espeso de la última etapa de Fran Escribá. Quien quizás mejor encarnó esta regresión fue Denis Suárez, que no encontró el fútbol que sí mostró el otro día en Villarreal.

El técnico no se quedó paralizado y encontró soluciones en su banquillo: Beltrán, Rafinha y, ya en los últimos minutos, 'Toro' Fernández reactivaron a los célticos para la ofensiva final. Una buena maniobra del delantero uruguayo pegado en la banda derivó en la mejor ocasión del partido, a pocos minutos del pitido final. Ganó la línea de fondo, la puso atrás y Santi Mina llegó con ventaja. La enganchó bien, pero el disparo se fue por centímetros. Lo intentó hasta el final el Celta, con Rafinha asumiendo el peso ofensivo, pero todos los intentos fueron infructuosos.

A falta de que jueguen los rivales, el Celta se queda a un punto de la salvación y no logra recortar los cinco puntos que le separan del Valladolid. Hay brotes verdes, pero va a haber que trabajar mucho la tierra para que salgan adelante.