Gabriel "Toro" Fernández ha iniciado el proceso de adquisición de la nacionalidad española, que el origen de su familia paterna debería facilitar. Aunque parece complicado por plazos y trámites, en la cúpula de Príncipe no se descarta que el delantero pueda completar la nacionalización antes de que concluya el mes de enero. El Celta, que tutela a Gabriel Fernández en esta cuestión, podría así acudir al mercado de invierno con la mayor autonomía que le proporcionaría tener libre una plaza extracomunitaria.

La cuota de extracomunitarios es reducida, de tres licencias en la plantilla, aunque en la práctica resulta flexible gracias a dobles nacionalidades (Pione Sisto, Beauvue) y al fallo de la Corte Europea que en 2005 amplió la libertad laboral a futbolistas de 101 países con los que la Unión Europea mantiene convenios económicos, como Turquía (Okay) o los incluidos en el acuerdo de Cotonú (Aidoo).

Con todo, cada plaza extracomunitaria libre supone un alivio para la dirección deportiva a la hora de buscar los refuerzos necesarios, más en un mercado tan restringido como el de la ventana invernal. Actualmente Lucas Olaza, Néstor Araújo y Gabriel Fernández completan el cupo. Pero el padre de Gabriel Fernández es de familia española y eso permitiría acelerar los tiempos.

No es el único proceso de nacionalización que afecta a un jugador céltico. También se está avanzando en el caso de Lautaro de León, uruguayo de nacimiento como Gabriel Fernández, aunque el delantero del filial lleva muchos años residiendo de Galicia, donde se ha formado como futbolista (en las categorías inferiores del Portonovo y a partir de la categoría juvenil en el Celta). Lauti se quedó fuera de la convocatoria contra el Real Madrid, en la que Escribá había pensando incluirlo, precisamente por su condición extracomunitaria.