En uno de mis últimos capítulos de estas cortas y salteadas memorias, concretamente en el titulado "El hombre de los milagros", dejaba claro que no iba a seguir viendo un partido más de fútbol, incluso del Celta, para calibrar sus posibilidades en el campeonato. Una vez visto el partido contra el Lazio de Roma, apuntaba que el Celta tenía una muy difícil andadura que salvar y colocaba al tiempo como testigo de mi razón, como había tenido la temporada pasada. Pero no tuve mucho que esperar para volver acertar en mi pronóstico, al ser destituido Fran Escribá de su cargo. Aquí quiero hacer una pequeña reflexión para pedirle perdón al cesado Escriba, por si le pude causar daño alguno con mis artículos, ya que ninguno de ellos fue escrito con tal intención. Pues quiero aclarar que ninguno de ellos llevaba resentimiento alguno en su contra, dado que siempre se presentaba como un hombre correcto y educado, al que incluso no conocía, ni nunca había hablado con él. Lo que yo no consideraba era que fuera el entrenador que pudiese sacar al Celta de la apuradísima situación en la que se encontraba para evitar el descenso de categoría. Para valorar al nuevo entrenador, busqué en mi amigo Armando sus datos más básicos, yuna vez conocidos me fui a ver, como siempre por televisión, su primer partido al mando del Celta, saltándome la regla que me impuse de no volver a ver más un partido de fútbol. Y lo que vi, como casi siempre ocurre en fútbol, no concuerda en nada con lo que leí en la prensa al día siguiente.

Comenzaré por decirles que desde que conozco, a fondo, por dentro al Celta desde 1951, ¡ya hace una buena friolera de años!, el club sigue rigiéndose con las mismas ideas y costumbres de siempre. Despreciando lo bueno que se tiene y se debe hacer, para ir en busca de la piedra filosofal que ya tienen y desprecian otros. ¡Nada nuevo bajo el firmamento celeste!. Ya que lo primero que se tenía que llevar a cabo, después de cesar a Fran Escribá de su cargo, era cambiar también al hombre encargado y responsable de los fichajes. Porque aquí lo importante es el Celta y no las personas que tienen a su cargo la obligación de hacer un club, por lo menos, digno de su ciudad y del fútbol español, para mejorar su ya casi centenaria historia. Hay que cambiarlo por un hombre que conozca a fondo, no solo nuestro fútbol, sino nuestra raza y costumbres, el cual lógicamente será un hombre que nació como jugador y no como gestor de fútbol. Esto es importante para saber la promesa de jugador que pueda encajar bien en las filas celestes, y no buscarla en otros equipos y lugares fuera de nuestro ambiente. Al mismo tiempo será un buen consejero leal del presidente y de su junta directiva, para que se canalice bien el dinero de la hoy sociedad céltica. El cual incluso supervisará y seleccionará todo el fútbol base, solo con aquellas promesas más destacadas a las que, sin hacerlas competir mientras se desarrollan como tal, se les hace jugar a su libre albedrío para conocer la técnica y habilidad que tienen para el desarrollo del juego. Luego completarán su formación compitiendo en el equipo filial del que darán el salto al primer equipo, una vez bien perfiladas sus cualidades para que cuajen en el buen jugador, que estas cualidades van indicando que pueda llegar a ser, para ir cubriendo las necesidades que tenga el club. Labor que el "fiel" hombre desarrollará juntamente con el entrenador de turno, el cual también debe conocer, muy a fondo, nuestra forma de ser. Trabajando con las minorías se ahorra tiempo y dinero, al mismo tiempo que se obtiene una muy concreta información, que se requiere para el futuro de la buena marcha del club. El cual, sin este hombre, seguirá con el oleaje de las opiniones sin base ni fundamento de siempre, quedando el club en manos de los buscadores de oro y fama, que siempre intentan canalizar y buscan en el fútbol, hoy más que nunca, incluido el mundo de las apuestas y la de ese VAR que las refuerza más, en vez de despejar las dudas que se generan en un partido de fútbol.

Centrándonos en el relevo de Fran Escriba por el de Oscar García, diré que, de momento, no vi nada nuevo en el equipo, ni en el planteamiento, ni en la actitud de los jugadores. Dado que Cardoso ya había planteado un partido serio, casi igual, frente al Alavés. Parecía que había encontrado el camino de cómo llegar a la salvación del Celta, de aquel momento, pero no le dieron tiempo para más, al ser cesado de sus funciones. Óscar va a tener todo el tiempo que quiera y muchas más dificultades para lograrla. Pues si bien hizo un perfecto planteamiento ante el Barcelona, equipo al que conoce bien, este planteamiento no solo debe de quedar ante el que fue su equipo, sino que debe seguir con él mientras el Celta siga en peligro de descenso. ¿Por qué? Porque hay mucha debilidad de calidad en todo el conjunto, en cada uno de los puestos del equipo. En él solo hay ganas de hacer bien las cosas, en la disputa del balón con fuerza atolondrada, pero carente del saber hilvanar el juego real para salir de la comprometida situación, agravada por las malas pretemporadas llevadas a cabo. Por ello el Celta, solo con un buen fútbol posicional, para evitar ser ampliamente derrotado, no será capaz de lograr su objetivo. El partido se disputó contra un Barcelona totalmente amanerado, con un fútbol alocado, como nunca se lo vi jugar al cuadro azulgrana. Solo la "chispa" del jugador amanerado y resabiado saltaba de vez en cuando en aquellas jugadas que se practican en los entrenamientos como "casamata", como le llamábamos en mi larga época de jugador. Solo controlaba el balón, en ciertos lances del juego, pero nunca el partido como se pretende hacer creer, tal vez para paliar el amplio resultado conseguido. Logrado solamente por un jugador, Messi, ensalzado una vez más por su nombre, cerrando los ojos a la realidad de lo hecho. Salvo esos dos goles de falta, ha mostrado el ocaso de su genial fútbol, que nunca tuvo importancia en su equipo nacional argentino, porque los jugadores que empiezan allí, simplemente a brillar en los equipos, ya son valorados para sacarles sus dineros al fútbol europeo, concretamente al español e italiano, ahora también al inglés. Porque allí, en Argentina, se programa al jugador para triunfar en Europa, por lo cual todos son ensalzados a la categoría de grandes a lo Pedernera o de un Labruna, luego aumentarán su fama de geniales del fútbol, con la supervaloración con las que les valoran los que solo ven la jugada bonita o espectacular. Solo, que yo recuerde, uno de estos jugadores importados, como Di Stéfano, el suplente de Pedernera en el River Plate, consiguió su verdadero status de gran jugador en el fútbol español. Los otros, incluido Messi, fueron más valorados por sus genialidades que por sus cualidades de grandes futbolistas. Por eso Messi es valorado como tal en España pero no en Argentina, puesto que allí ya nacen siendo los mejores. Y esas genialidades confunden a todos, o a casi todos, incluso para darles un Balón de Oro que solo merecía, como un verdadero jugador de fútbol, Iniesta.

Volviendo a nuestro Celta y a su nuevo entrenador, para sacar al club en el atolladero en que está, tendrá que seguir, como mínimo, hasta terminar la primera vuelta con ese planteamiento que hizo ante el Barcelona, cerrando, en todo el momento del partido, la defensa con esos cinco hombres, casi estáticos, siempre en zona, reforzando con ellos la posibilidad del contrario en acercarse a la portería celtica. Luego seguirá con esos cuatro hombres poblando el medio campo, para evitar el enlace del juego del contrario, saliendo en apoyo del hombre "punta" uno o dos de esos hombres de medio campo, según el ritmo de la jugada, en ataque, los cuales serán relevados en sus posiciones por un hombre salido de la defensa para seguir controlando el medio campo con tres hombres y cuatro la defensa. Esto hará un juego más defensivo de contención de la presión en ataquemque pueda llevar a cabo el equipo contrario, al cual le será muy difícil llegar hasta el área del Celta, mientras que nuestro equipo siempre tendrá la oportunidad de aprovechar, el gol. Luego, una vez se va desarrollando el juego a favor o en contra del Celta, este equipo siempre tendrá el control del partido, abriendo o cerrando, aún más, su esquema defensivo según el entrenador sepa controlar el reloj en estos cambios del juego, y no de los jugadores como se hace en el fútbol de hoy. Estos cambios de jugadores solo se deben hacer por lesión o porque el jugador no cumple en el campo con las órdenes dadas al respecto por el entrenador. Ya que esos cambios solo sirven para descontrol del sistema, al que casi nunca benefician. Para ver si todo esto lo ha recogido el nuevo técnico, tendremos que ver cómo evoluciona con el equipo en casa, ya que dicho sistema no vale para alcanzar el triunfo, tan necesario como va a ser, en Balaídos. Cuyo campo tiene que ser un fortín para los de casa, ya que los puntos que se puedan arañar fuera hay que aguantarlos en nuestro feudo. Y para ello hay que emplear un sistema más de ataque y al mismo tiempo de contención. Para ver cómo el Celta evolucionará en casa, como un fortín de ataque y defensa, tendré que ver, a mi pesar, un partido más para cuando se juegue en Balaídos. Luego sentenciaré si el "filo de la navaja" nos corta las alas que aún tenemos de Primera.

A parte de todo esto, también tendrá que mejorar y enseñar a un portero a mandar en el área, hacerse obedecer en ella, y sobre todo a dar aplomo y seguridad al equipo. Lo cual se da poniendo fin con el balón dominado en las manos y no rechazado, tontamente o de manera espectacular, para beneficio propio y no del equipo. Porque el portero no está solo para evitar goles, sino para aguantar, sobre todo fuera de casa, un resultado dando aplomo y confianza a todo el conjunto. Pues aunque son pocos o ninguno los entrenadores que creen en ellos, porque no marcan goles, sí son imprescindibles, tanto o más, para conseguir un valioso resultado dada su privilegiada posición sobre el terreno de juego, desde la cual, si viven el partido como debe hacerse, son el único jugador que puede controlar al equipo para que le ayude en la defensa del gol, o bien para evitar que el contrario logre batirlo. Ricardo Zamora fue el mejor portero del mundo, hasta hoy, y un magnífico estratega del fútbol gracias a que sabía estar y dominar esa situación privilegiada que tienen los porteros sobre el terreno de juego. Como Martorell, exguardameta del Español de Barcelona, que le siguió dando la seguridad de Zamora al cuadro catalán, cuando el mejor portero de todos los tiempos abandonó al Español para irse al Real Madrid. Al igual que, en su última etapa, Ramallets se la dio al Barcelona. Y así podría nombrar a muchos más porteros que dieron ese punto de gran equipo a muchos de ellos. Incluso a un Gilmar que se lo dio a toda una selección mundial como ningún otro, al Brasil tanto en 1958 como en 1962.

Luego Óscar García tendrá que dar el aplomo y tranquilidad que necesitan tener y no tienen los jugadores que ocupen la zona defensiva para el control de la misma. Lo que a la vez necesitan tener, también, los hombres que se tienen que adueñar del centro del campo, para hilvanar y presionar al rival con su juego de ataque y defensa. Y por último hacer salir de su letargo gripal de figura que parece haber contraído Aspas. El hombre más característico de las cualidades que, en mi época y en las anteriores, siempre tuvo el Celta. Tan necesarios hoy, para salir de la complicada situación de la que se salvo del "filo de la navaja" con aquel gol, salvavidas de Iego Aspas, ya hace unas temporadas, y en la pasada gracias a los milagros, uno tras otro, del Cristo de la Victoria. Sabiendo trabajar todo esto, trabajo fundamental de la pretemporada que no se hizo, ni en este ni el año anterior, el Celta puede y debe seguir adelante en Primera sin esperar milagros ni sueños de jugar en Europa. Si no se hace, las puertas del infierno de la Segunda División están abiertas, de par en par, para entrar por ellas. Y para hacer un pronóstico de posibilidades más certeras, hay que esperar a ese primer partido que se juegue en casa y a otro más fuera de Balaídos, ycomprobar, en este último, si el planteamiento contra el Barcelona fue solo para sorprender o quedar bien ante el cuadro catalán.