El prometedor cambio de cara que, pese a la derrota, ha experimentado el Celta en el Camp Nou hace albergar esperanzas sobre el plan de Óscar García Junyent para sacar al equipo celeste del pozo clasificatorio que ocupa desde hace tres jornadas. Tras debutar rompiendo esquemas frente al Barcelona, el preparador catalán dispone ahora de quince días para reiniciar al Celta antes de retomar el 24 de noviembre el pulso a la Liga contra el Villarreal en el Estadio de la Cerámica, el escenario donde los celestes obtuvieron su último triunfo a domicilio hace ya más de once meses.
El parón de selecciones le ha venido de perlas al entrenador celeste, que va a disponer prácticamente de todos sus internacionales para inculcar a sus jugadores los preceptos futbolísticos que deben definir el cambio de estilo del equipo. Faltará tan solo Fran Beltrán, convocado por Luis de la Fuente con la selección sub 21 para el doble compromiso de clasificación para el Europeo de la categoría ante Macedonia e Israel los próximos días 14 y 19 de noviembre, respectivamente. A diferencia de anteriores paréntesis internacionales, Stanislav Lobotka, Okay Yokuslu y Néstor Araújo no han sido convocados por sus respectivos seleccionadores. Tampoco Iago Aspas ha sido citado con España por Robert Moreno, que no ha contado con el goleador celeste en ninguna de las tres convocatorias que ha realizado desde que relevó a Luis Enrique Martínez al frente de la Roja.
Otro importante beneficio de la detención de competición es la posibilidad de que el nuevo técnico recupere en los próximos días a buena parte de los futbolistas que han causado baja por lesión en los últimos compromisos ligueros: Kevin Vázquez, Santi Mina y Rafinha Alcántara. Los tres son, sobre el papel, recuperables.
El lateral nigranés sufrió el pasado 7 de octubre una rotura fibrilar en el muslo derecho con un pronóstico de recuperación de entre seis y ocho semanas, con lo que, si la evolución de la lesión es favorable podría llegar a tiempo al partido contra los de Javier Calleja.
Mejores expectativas de recuperación presenta Santi Mina de la rotura muscular en el aductor mayor izquierdo que se produjo el pasado 30 de octubre. Al delantero se le pronosticó un periodo de recuperación de tres semanas, con lo que, sino se produce ningún contratiempo, debería estar en condiciones de vestirse de corto ante el Villarreal. La presencia en este partido de Rafinha es, en cambio, una incógnita. El exazulgrana se recupera del edema óseo en la rodilla izquierda sufrido durante el compromiso liguero contra el Betis que los médicos deben revaluar en los próximos días.
Óscar García tiene ya a su disposición a Juan Hernández, uno de los pocos extremos naturales del plantel, que cuenta desde la pasada semana con el alta médica tras más de un año alejado de los terrenos de juego. Es probable en estos próximos días, el nuevo técnico cuente en los entrenamientos con alguno de los futbolistas del filial, cuyo partido contra el Racing de Ferrol siguió por cierto ayer en Barreiro, con los que podría contar a más o menos corto plazo esta temporada.
En estas circunstancias asume el nuevo técnico la labor de que el Celta mejore en todos los aspectos del juego. En el Camp Nou, el preparador celeste ya esbozó las líneas maestras de su plan, cuyo signo más llamativo, al margen de que nadie en este equipo parecer tener el puesto asegurado, es la vocación de ganar verticalidad buscando al adversario en su propio campo.
La presión alta que el Celta realizó (sobre todo en el primer tiempo) contra el Barcelona, requiere sin embargo, que los futbolistas asimilen conceptos de juego y generen automatismos. La disposición de piezas sobre el tapete, la coordinación de movimientos y ayudas y las asignaciones en la marca -en el Camp Nou fueron en muchos momentos individuales- serán algunos de los preceptos sobre los que trabaje estos días el nuevo entrenador.
