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Ausencia de un Alguacil

El Celta carece de un entrenador de la casa al que recurrir en momentos delicados, como le ocurrió a la Real Sociedad al destituir a Eusebio Sacristán y a Asier Garitano

Denis Suárez y Hugo Mallo llegan a A Madroa mostrando un gesto serio. // Ricardo Grobas

El Celta de la Operación Retorno afronta una delicada situación que podría desembocar en el cambio de entrenador. Fran Escribá, sin embargo, se muestra "con fuerzas" para seguir al frente de un equipo hundido en la tabla clasificatoria y sin dar apenas señales del potencial que se esperaba de su plantilla. "Conmigo o sin mí, el Celta saldrá adelante", repetía el entrenador valenciano tras la derrota del miércoles ante el Betis. Una parte de la afición, sin embargo, apuesta por la dimisión del técnico. El club vigués sopesa el relevo de Escribá sin disponer por el momento de un entrenador de la casa que le permita ganar tiempo para decidir con más tranquilidad la elección del próximo responsable del equipo. Es verdad que con la llegada del actual técnico, el club echó mano de Borja Oubiña y de Mario Bermejo como colaboradores del valenciano. A este equipo técnico también se incorporó Carlos Hugo García Bayón, tras dejar la dirección de la cantera. El leonés había ejercido como segundo entrenador con Eusebio Sacristán en el Celta y en el Barcelona B antes de regresar a Vigo para responsabilizarse de la fábrica de talentos de A Madroa.

No parece probable que en A Sede decidan recurrir a uno de estos tres empleados de la casa para tramitar con mayor pausa un posible cambio de entrenador. La Real Sociedad, uno de los referentes del club vigués, sí lo hizo en dos momentos delicados del equipo durante el año 2018. Echó mano de Imanol Alguacil, entrenador del filial donostiarra, tras la destitución de Eusebio Sacristán y antes del fichaje de Asier Garitano. Primero para que el de Orio dirigiese las últimas jornadas de la temporada 17-18 y después para que se hiciese cargo del primer equipo de manera definitiva desde diciembre del año pasado.

Alguacil se convirtió así en la apuesta del conjunto txuri-urdin para el presente curso, en el que la Real Sociedad figura en la sexta plaza, con 19 puntos, diez más que los célticos, a pesar de contar con una plantilla de un potencial similar a la que dirige Escribá.

El Leganés ha utilizado el mismo método hace unas semanas, tras cesar a Mauricio Pellegrino y dándole las riendas del primer equipo a Luis Cembranos., procedente del filial madrileño. El Levante también apostó por Paco López tras desprenderse de Juan Ramón López Muñiz.

El Villarreal es otro de los clubes de Primera División que busca contar con un entrenador en el filial que pueda dar el salto al primer equipo. Javier Calleja se hizo cargo del submarino amarillo en sustitución de Fran Escribá.

El Celta tuvo en Pepe Villar primero y en Moncho Carnero después a su particular Molowny (el técnico canario que salía al rescate del Real Madrid casi siempre con éxito). Carnero ejerció como segundo entrenador de Txetxu Rojo, Castro Santos, Irureta, Víctor Fernández, Lotina, Antic y Fernando Vázquez. Incluso se hizo cargo del primer equipo, junto a Rafa Sáez, en las últimas jornadas del curso 2003-04. Con la llegada a la presidencia de Carlos Mouriño, el club recurrió a Alejandro Menéndez, del filial, para sustituir a Antonio López en las cinco últimas temporadas de la temporada 2007-08.

Con la apuesta por la cantera, el Celta quiso promocionar a David de Dios, pero su fracaso con el filial acabó con el último intento céltico de contar con un técnico de la casa que pueda dirigir al primer equipo.

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