Sensaciones tras su vuelta, cómo siguió al Celta en la distancia, ganas de darlo todo... Rafinha Alcántara se sienta ante las cámaras de Celta Media para hablar de cómo se encuentra de nuevo con la celeste y repasar la situación del equipo.

"Cada vez me siento mejor, con más ritmo de partido, adaptándome a los compañeros, a la nueva formación del equipo. Poco a poco me estoy sintiendo con confianza", expresa el futbolista brasileño, que repasa su vinculación con Vigo y con el equipo celeste.

"Llegué al Celta siendo un niño y esta vez vuelvo con la misma ilusión que hace cinco o seis años, pero maduré mucho, debido a las lesiones pero también por mi pasaje por todo lo conseguido: desde jugar en un club tan grande como el Barça a conseguir los títulos que he ganado. Las lesiones no me han hecho ser otra persona, pero sí madurar mucho más rápido", habla Rafinha sobre las graves lesiones que dificultaron su carrera profesional que ahora intenta relanzar desde Vigo. "No voy a decir que fueron días fáciles. Es complicado no saber qué va a pasar y cambia todo no en días sino en horas. Entonces estás a la expectativa de qué va a suceder. Estaba ilusionado por venir y nervioso al mismo tiempo de que pasara. Gracias a dios en el último momento se consiguió realizar, con la ayuda tanto del Celta como del Barça. Se agradece lo de poder estar hoy aquí".

"Crecimos yendo a Balaídos, primero viendo a mi padre y después acompañándole. Entonces, tanto para mí como para mi familia fue una felicidad grande poder estar de nuevo aquí, en casa. La frase de que 'esto va de corazón' resume de verdad lo que los jugadores que han venido sienten por este club. Yo, si no fuera el Celta no hubiera venido, me quedaría en el Barcelona. Es algo que no se puede explicar, que mamas desde pequeño, que sientes, que vives cada momento en el estadio, en los entrenamientos; y defender un escudo como este que lo has disfrutado desde que eras pequeño es algo grande", sostiene en referencia a su vinculación sentimental con el Celta.

A pesar de la distancia y de estar en el Barça, Rafinha admite que lo pasó mal el curso pasado con la mala temporada de los célticos: "Lo del año pasado lo viví mal, nervioso, como me imagino que lo vivirían todos los aficionados. Sé que estaba muy negro el panorama a mitad de temporada, se veían las cosas muy mal, y hasta el último partido no estaba asegurada la permanencia. Pero en los últimos partidos ya estabas con más confianza de que el equipo se iba a salvar. Pero como aficionado se pasa mal y es difícil separar el sentimiento de aficionado y de jugador en ese momento, como le ocurrió a Iago Aspas. Entonces, al mezclarlo todo es mucha emoción para controlarlo".

El Celta le dio la oportunidad de volver al lugar donde sufrió su última grave lesión. "Fue especial jugar en el Metropolitano porque volvía al estadio donde me lesioné por última vez y volver con la camiseta del Celta fue algo especial"".

Y agradece el apoyo del celtismo desde el primer día que llegó a Vigo: "Siento ese cariño especial, esas ganas que tiene la afición de que yo pueda mostrar mi máximo nivel, y no tengo duda que va a llegar. Hay cosas que mejorar pero con este equipo y con las ganas que tengo de aprender y de querer ser mejor jugador no tengo duda de que va a ocurrir", concluye Rafinha Alcántara.