El Celta B dejó escapar una gran oportunidad para llevarse la victoria en Gran Canaria al empatar sin goles ante Las Palmas Atlético, en un partido que el filial celeste jugó en superioridad numérica desde el minuto 66, aunque sus únicas ocasiones claras de gol las tuvo en la primera parte, en las que fue decisivo el portero canario Álex Domínguez.

El conjunto de los hermanos Montes, que al inicio del segundo tiempo tuvo el hándicap de perder por lesión a Manolito Apeh, controló el choque de principio a fin, sin permitir ni un solo disparo a portería de un discreto filial canario. Los isleños se limitaron a esperar replegados en su parcela el fallo del rival para salir en rápidas transiciones, una forma de entender el fútbol que utiliza no solo como visitante, sino también como local, en donde además tiene como aliado su campo, un césped artificial muy antiguo, durísimo, que provoca un bote del balón totalmente imprevisible.

El Celta B se adaptó a la complicada superficie de juego, fue el claro dominador del choque y el único conjunto que estuvo cerca del gol. La primera ocasión clara la tuvo Apeh en el minuto 13, tras cogerle la espalda en un balón largo a David Camacho, entrar en el área con el balón controlado, recortar al otro central, Juan Rodríguez, y disparar con la pierna derecha desviado. Fue un primer aviso. El único recurso ofensivo de Las Palmas Atlético eran los centros laterales, aunque sin ninguna ventaja para los atacantes, como en el minuto 25, con un balón bombeado desde la izquierda por Alberto Reina que no acertó a cabecear el delantero centro Juan Fernández. Cuatro minutos más tarde llegó la oportunidad más clara para los celestes, en un duro disparo raso de Jacobo González desde fuera del área, a bote pronto, que rechazó a córner Álex Domínguez en una difícil parada.

Antes del descanso, los célticos volvieron a poner a prueba al portero catalán del equipo canario, que respondió primero al zurdazo de Apeh dentro del área; el rechace en corto llegó a las botas de Sergio Bermejo, algo forzado, y el cancerbero local volvió a evitar el gol de los vigueses.

Al comienzo de la segunda mitad el Celta B perdió por lesión a Apeh y en su lugar entró Lautaro, protagonista de una internada por la derecha y centro atrás que Sergio Bermejo no acertó a rematar en el minuto 55. En solo cinco minutos, dos faltas innecesarias del central local David Camacho, fuera de su zona, a la altura del centro del campo, le costaron la expulsión. La segunda amonestación la recibió por impactar con su brazo en la cara de un rival.

Sin embargo, de forma paradójica, desde ese minuto 66 el Celta B fue incapaz de volver a exigir a Álex Domínguez, pese a las incorporaciones de Iker Losada y Dani Vega, y de tener el total control del partido, en el que mereció más, sobre todo por su mejor primer tiempo, pero finalmente tuvo que conformarse con sumar un solo punto, celebrado por los canarios casi como si de un triunfo se tratase. Pareció una cuestión psicológica, el filial amarillo tuvo más concentración en defensa al verse con un jugador menos mientras que los de Jacobo Montes se les hizo de noche.