Más de tres mil entusiasmados incondicionales se acercaron ayer tarde a Balaídos para aclamar a Rafinha Alcántara, que jugará a préstamo en el Celta hasta final de temporada como guinda de una Operación Retorno que ha despertado enormes expectativas entre la afición celeste. El hijo del incomparable Mazinho regresa a Balaídos cinco años después de defender por primera vez la zamarra celeste "más maduro para afrontar responsabilidades" en el conjunto vigués.

El centrocampista atendió primero a los medios informativos en la sala de prensa de Balaídos acompañado de la consejera María José Táboas y de Mario Bermejo, que actuaron como maestros de ceremonias, y posteriormente, ya vestido de corto, se desplazó hasta el césped del estadio para recibir un multitudinario baño de masas con los aficionados.

Rafinha admitió que le ha costado dejar el Barcelona, pero una vez tomada la decisión fue claro al señalar al Celta como su segunda casa. "Cuando estás para mí en el mejor club del mundo y jugando y sintiéndote tan bien es difícil despedirse, pero pasa lo mismo cuando te sientes tan bien y sabes que va a ser difícil tener la continuidad que deseas", explicó el atacante, que precisó. "Sintiéndome como me sentía, creo que lo mejor que podía hacer es tener una oportunidad en otro club", reveló.

Y el Celta, con el que mantiene desde niño un estrecho vínculo, era el mejor lugar para relanzar su carrera. "Aquí también me siento en casa. Sé que voy a ser feliz porque realmente creo que aquí puedo sacar lo mejor de mí como futbolista. Después de todo este tiempo, lo que más necesitaba era continuidad y creo que si me esfuerzo la tendré", destacó.

El atacante azulgrana valoró el esfuerzo realizado por la directiva celeste para recuperar a los grandes valores de su cantera que se vieron obligados a emigrar y que está convencido de que le van a dar un plus de calidad y compromiso al equipo. "Es ilusionante para todos los celtistas tener a gente de casa, tener a jugadores jóvenes, jugadores con muchísimo talento. Tengo muchísimas ganas de empezar con mis compañeros para poder disfrutar y hacer disfrutar a toda la afición", dijo.

La capacidad para desenvolverse en diferentes posiciones del frente a ataque ha sido una de los signos distintivos de la carrera profesional de Rafinha. El jugador aseguró que no tiene preferencias por una determinada posición, sino que se amoldará a lo que le pida el entrenador.

"Puedo jugar en varias posiciones, tanto en medio como en banda. Es muy fácil decirlo, creo que estoy capacidado para jugar donde el entrenador me pida. Soy mediocampista, pero preparado para ser jugador de banda y delantero, si quieres", señaló.

Rafinha Alcántara eludió fijar un objetivo deportivo para el curso, aunque matizó que él ha depositado grandes expectativas en este Celta. "Nunca he sido de marcarme este tipo de metas, pero todo el mundo sabe que vamos a aspirar a lo máximo posible. Tenemos que ser realistas y pensar que cada partido es importantísimo para lograr los objetivos", subrayó. Y agregó: "Con el talento de este equipo se pueden hacer cosas grandes. Sí, pero hay que empezar y la Liga está muy difícil. Cada partido va a ser una guerra y tendremos que ir despacio para ilusionarnos más después".

Por otra parte, Mario Bermejo, miembro de la secretaría técnica que actuó en representación de Felipe Miñambres, aseguró desconocer los términos de la "posibilidad final de compra" a la que el Celta aludió (y luego retiró de su página web) el pasado lunes, cuando el club hizo oficial el fichaje del jugador azulgrana.