La opción de que Rafinha Alcántara ponga la guinda a la Operación Retorno ha cobrado gran fuerza en las últimas horas. Aunque el fichaje no entraba inicialmente en los planes del Celta, que buscaba un extremo de diferente perfil, el talentoso futbolista brasileño se ha puesto a tiro y el club celeste está dispuesto a hacer un esfuerzo para intentar firmar al azulgrana en las últimas horas de mercado.
La operación (una cesión con opción de compra por 10 millones) podría cerrarse a lo largo de la jornada de hoy, siempre que ambos clubes se pongan de acuerdo en el reparto del salario del futbolista, según informó ayer RAC 1.
Según la emisora catalana, el Barcelona pretende que el Celta asuma el cien por cien del salario del futbolistas, mientras que el club celeste propone hacerse cargo tan solo de la mitad de su ficha. A 24 horas del cierre del mercado, las diferencias entre ambos equipos son, por tanto, todavía considerables. Tanto, que en la Cúpula de Príncipe consideraban anoche la operación bastante compleja y albergaban dudas de que el fichaje de Rafinha pueda llegar a concretarse.
La elevada ficha de Rafinha parece ser el ahora el único obstáculo que se interpone para el regreso a Balaídos del hijo del gran Mazinho. Por ello, que la operación tenga un feliz desenlace depende directamente de que el Celta sea capaz de liberar carga salarial con la desvinculación en las próximas horas de alguno de los futbolistas que no entra en los planes de futuro: Claudio Beauvue y, sobre todo, Pione Sisto.
No parece fácil. El club lleva meses intentado sin éxito encontrar acomodo a ambos jugadores, que hasta el momento han rechazado las ofertas que les han llegado para abandonar el Celta. La dirección deportiva celeste se afana en apurar los tiempos para dar salida a ambos jugadores, aunque a esta hora es el atacante danés (que ya ha rechazado un par de ofertas que mejoraraban sus emolumentos en el Celta) el que tiene la llave de la operación. Su destino podría ser el Deportivo Alavés (se habla también del Fiorentina italiano), aunque el jugador, que ya ha rechazado al Aston Villa, el Tigres y el Saint Etienne, no acaba de decidirse a salir.
Beauvue, mientras, negocia la rescisión de los dos años que le restan de contrato, hasta la fecha sin avances significativos. El delantero exige el cobro del salario de los dos años que le restan de contrato y el Celta le ofrece uno. La negociación con Beauvue no corre tanta prisa como la de Sisto, pues al tratarse de una rescisión de contrato el delantero pasaría al paro y podría fichar por cualquier equipo español -está esperando un hijo y quiere continuar su carrera en España- después del cierre del mercado.
Después de sufrir tres graves lesiones de rodilla en cuatro años, el fichaje Rafinha no está exento de riesgo, pero el Celta está dispuesto a apostar igualmente fuerte por incorporar a un jugador que inicialmente no entraba en sus planes, pero que en su actual forma puede ser un refuerzo de gran calidad para apuntalar su frente ofensivo.
La idea del club era firmar un extremo con capacidad para jugar al espacio y no al pie, como Rafinha, pero al mismo tiempo considera que un atacante del talento del azulgrana encaja perfectamente en el modelo de juego que quiere desarrollar el equipo.
