La delegada de la Xunta de Galicia en Vigo, Corina Porro, calificó la reforma de Balaídos como de "inmensa chapuza pagada por los vigueses" y descartó que la administración autonómica vaya a pagar una parte de la reforma de Marcador como hace unos días reclamó el alcalde, Abel Caballero.

Porro enumeró la lista de deficiencias del estadio ("carece de ascensores, si hace sol la gente se cuece, si llueve se mojan, no hay buenas salidas, no se reformaron los baños, no hay aparcamiento") y mostró su rechazo a que la propuesta del alcalde para solucionar el problema de Río Bajo "sea eliminar seiscientas butacas. Y todo llega con retraso sobre retraso y gastando una cantidad muy importante de dinero".

La delegada descartó que la Xunta "vaya a participar en ese esperpento de obra de Balaídos" y cree que la solución desde el principio hubiese sido llegar a un acuerdo para la concesión "en determinadas condiciones" al Celta y que el club realizase las inversiones necesarias". Abogó también por el diálogo como fórmula y mostró su preocupación de que "este desastre en la gestión de la reforma puede provocar algún disgusto y lleve a tomar decisiones que no sean buenas para Vigo" en alusión a que el Celta "decida irse fuera".

Corina Porro también achacó todos los problemas de Balaídos a la anulación del Plan General "que pusimos en marcha en 2006 y que contemplaba 573.000 metros cuadrados para la Ciudad del Deporte. Abel Caballero y el bipartito se cargaron aquel plan y de aquellos polvos vienen estos lodos. Todo lo que vino después es una catástrofe, un despilfarro de fondos públicos que pone en riesgo la permanencia del Celta en Vigo". Y por último volvió a insistir en que la Xunta "en campos municipales profesionales nunca ha invertido ni invertirá".