Iker Losada fue uno de los protagonistas célticos en la derrota ante el Real Madrid porque en su debut en LaLiga y con 18 años recién cumplidos se convertía en uno de los goleadores más precoces del Celta en la máxima categoría. Este futbolista de Catoira quiere ser abogado cuando concluya su etapa futbolística, que comenzó en el SD Catoira y de ahí a la cantera de A Madroa, en la que va a comenzar su octava temporada entre el juvenil de División de Honor, el filial y, por qué no, el primer equipo si Escribá necesita un rematador.

El delantero catoirense pasó ayer por Celta Media para hablar de su trayectoria y de su debut en la élite, ante el Real Madrid, marcando un gol sin que pudiesen evitarlo Sergio Ramos y Thibaut Courtois. "Estoy muy contento, pero lo malo fue el resultado. Pensé en mi abuela, que siempre me decía que iba a jugar en Balaidos y hace relativamente poco tiempo murió. Lo primero que pensé fue en ella", apunta Losada.

El estreno en Primera premia sus muchos sacrificios para ir a entrenar a Vigo desde Catoira. "El primer año, cuando venía a entrenar aquí, venía mi padre en coche; hasta que nos enteramos que había un autobús desde Santiago. A partir de ahí, en autobús, hasta que en juveniles me metí en la residencia del club", señala el joven canterano antes de definirse como futbolista: "Mi principal virtud es la verticalidad. Defensivamente tengo que mejorar mucho y mentalmente también, porque cuando algo no me sale, me vengo un poco abajo".

Además del fútbol, Losada piensa en su formación académica. "Sí, ahora entré en la Universidad. Voy a estudiar Derecho y quiero llevarlo, aunque sea, poco a poco. Es una carrera de 4 años que si me dura 8 o 9 no pasa nada. Tengo ganas de empezar". Y le queda tiempo para el Celta: "Con el Juvenil espero quedar lo más arriba posible; con el filial, igual; y si puedo jugar algún que otro partido más con el primer equipo, mejor".