Abel Caballero propuso ayer durante una reunión con la directiva de la Federación de Peñas del Celta la posibilidad de suprimir dos filas de asientos en Río Bajo para ganar espacio entre las diferentes hileras de asientos y tratar de ganar comodidad tras la instalación de las nuevas butacas.

El alcalde mantuvo el encuentro con los representantes de los aficionados del Celta y les pidió que estudiasen una propuesta que supondría la desaparición de entre 500 y 800 asientos en Río Bajo. La idea planteada por Caballero llevaría a la supresión de una de cada cinco filas de asientos y posteriormente se reasignarían las distancias con la intención de ganar unos centímetros entre las diferentes hileras de butacas. El alcalde pidió a la Federación de Peñas que sometan la idea a debate entre sus miembros aunque también advirtió que la solución no sería inmediata porque "llevaría unos meses" entre que se licita y se ejecuta. Aunque también aclaró que el coste sería reducido. "Quiero saber qué opina la gente que está en Río Bajo y una vez que sepa lo que dicen tomaré las decisiones oportunas y, por supuesto, con la directiva del Celta", puntualizó el regidor.

La reunión de los representantes del gobierno municipal con los aficionados del Celta llegó tras el primer partido de Liga en el que los miles de espectadores que acudieron a la grada de Río comprobaron en primera persona el poco espacio del que disponen tras la colocación de las nuevas butacas lo que generó malestar y descontento.

Durante la reunión Caballero insistió en que también necesitarían coordinarse con el Celta para llevar a cabo esta solución porque implica vender menos entradas y desplazar a aficionados y abonados. La pérdida de aforo en Balaídos, a juicio del alcalde, no supondría un problema teniendo en cuenta "el nivel de ocupación habitual del estadio".

El presidente de la Federación de Peñas, Pepe Méndez, dijo salir "muy satisfecho" de la reunión aunque insistió en que someterá al escrutinio de su directiva y del resto de abonados y aficionados del Celta la propuesta del alcalde antes de dar una respuesta definitiva.

Quien no estuvo en la reunión ni se ha pronunciado sobre ella es el Celta que ayer no quiso hacer ninguna valoración y se tomará unos días para responder en un asunto que ha generado el enésimo desencuentro con el Concello en relación a la reforma de Balaídos. Hace unos días, Carlos Mouriño envió una carta al alcalde y al resto de la corporación municipal en la que le pedía que solucionasen de forma urgente el grave problema que se había planteado con la instalación de las nuevas butacas. Un "enorme despropósito" lo calificaba en el escrito. Queda por ver su respuesta ahora que la solución que proponen desde el Concello es perder aforo y reubicar a centenares de abonados, muchos de ellos históricos.

Durante la reunión de Caballero con la Federación de Peñas también se tocó la delicada relación que hay entre ambas entidades. A la conclusión de la misma, el alcalde trasladó a las peñas que "siempre estoy dispuesto al diálogo. Quien dejó una butaca vacía fue el presidente del Celta, no el alcalde, incumpliendo el convenio. Un convenio que permitió al Celta levantar el concurso de acreedores, y que fue hecho desde la buena fe del ayuntamiento", añadió. En este sentido, Pepe Méndez mostró su confianza en que las dos partes, Celta y Concello, se sienten a hablar porque entiende que sin ese diálogo va a ser imposible encontrar una solución a los problemas que se han generado a raíz de la reforma del estadio.

Por último, la Federación de Peñas acordó con el Concello la posibilidad de disponer de un local en los bajos del estadio como punto de encuentro entre sus afiliados y para poder centralizar sus actuaciones.