La "operación retorno" que el Celta ha puesto en marcha este verano va aún más lejos. Después de los regresos de Santi Mina, Denis Suárez o el posible de Nolito (asunto que sigue pendiente de que el mes de agosto avance), el club vigués se plantea incorporar también a ese proceso el nombre de Pape Cheikh, centrocampista que hace dos veranos dejó el Celta para incorporarse al Olympique de Lyon donde no ha gozado de excesivas oportunidades.
La dirección deportiva del club vigués tiene entre sus principales tareas de aquí al cierre del mercado la de buscar un mediocentro que complete una posición en la que aún se percibe alguna debilidad. Este verano se ha puesto de manifiesto con la lesión de Okay que incluso ha obligado a Escribá a realizar diferentes pruebas como la de colocar a Saénz en esa demarcación en uno de los amistosos disputados. El problema es que la idea del Celta es la de afrontar esa operación solo en caso de que libere alguna de las fichas de los jugadores con los que apenas se cuenta. Beltrán, que no acaba de entrar en los planes del técnico, podría ser una opción en caso de que se le encontrase en el mercado un club al que cederle, pero el principal objetivo de los responsables de la parcela técnica sería encontrarle destino a Jozabed Sánchez, algo complejo de hacer realidad ya que el futbolista andaluz no es partidario de salir del Celta en estos momentos aunque sepa que su papel seguramente será residual a lo largo de la temporada.
En caso de que los responsables del club encontrasen un sitio libre en el medio del campo es donde aparece la figura de Pape Cheikh. Decididos a seguir "repatriando" futbolistas, el Celta se plantea de forma firme la posibilidad de incorporar a este futbolista de 21 años que hace dos veranos se convirtió en uno de los grandes negocios de le entidad viguesa al venderle por 10 millones de euros (más variables) al Olympique de Lyon. Pape está entusiasmado con la idea de regresar a Vigo y también le gustaría formar parte de esta operación y reencontrarse en el club con muchos de los que fueron sus compañeros y son aún sus amigos. Con ellos es con quienes mantiene un contacto habitual y a los que primero mostró su deseo de regresar a Vigo. Para el Celta la operación no resultará sencilla de todos modos. Seguramente lo hubiera sido mucho más al comienzo del verano, pero en los últimos partidos de pretemporada Sylvinho, el exjugador del Celta y actual entrenador del equipo francés, está dándole un poco más de protagonismo al mediocentro y convertirá en más complicada -y cara- la idea de recuperarle. Desde que se marchó del Celta Pape ha jugado en el Lyon 13 partidos de Liga, 5 de Liga de Campeones, 4 de la Copa de Francia y 3 de la Copa de la Liga francesa. En total, poco menos de unos mil minutos de juego son los que ha disputado desde que abandonó Vigo. Una cifra escasa para un jugador que se marchó del Celta siendo internacional en las categorías inferiores de la selección y que ha visto algo frenada su progresión por esa escasez de minutos en el país vecino.
Para el Celta el hecho de supeditar el fichaje de un futbolista a la salida de alguno de los integrantes de la actual plantilla le ha hecho perder alguna oportunidad por la imposibilidad de esos candidatos de esperar más tiempo. Sucedió con Pedro Obiang (Guinea, 27 años) que hace unas semanas dejó el West Ham para comprometerse con el Sassuolo de la Serie A italiana a cambio de siete millones de euros. Y ahora la historia se repite con Víctor Camarasa. El medio valenciano, propiedad del Betis, alargó en todo lo posible la negociación conjunto verdiblanco con el Crystal Palace a la espera de novedades en el Celta. Pero estas finalmente no se han producido. El mercado de fichajes en la Premier League acaba mañana y los plazos se le acababan tanto al Betis como al futbolista que no podía correr el riesgo de desaprovechar la generosa propuesta del cuadro londinense sin tener ninguna certeza por parte del Celta. Ayer el futbolista viajaba con destino a Inglaterra para pasar el correspondiente examen médico antes de firmar su nuevo contrato.
La política de incorporaciones en el Celta en gran medida va asociada a la posibilidad de sacar a los futbolistas con los que no se cuenta. La idea de manejar una plantilla de unos 22 futbolistas y que Escribá complete convocatorias y entrenamientos con los jugadores de la cantera se mantiene. Eso significa que para que vengan posibles refuerzos alguien tiene que liberar su asiento en el vestuario. Y eso sin contar que Roncaglia o Beauvue ya se cuenta con absoluta seguridad que saldrán del equipo a lo largo de las próximas semanas.
