La dureza de la pretemporada se cobró ayer su segunda víctima en la persona de Hugo Mallo, quien sufre un edema en el recto anterior de su muslo izquierdo con una mínima lesión fibrilar, según la prueba diagnóstica que le fue practicada por los servicios médicos Celta el pasado martes. Aunque se trata de una lesión de carácter leve (grado 1), los facultativos del club estiman que el periodo de recuperación no será inferior a las dos o tres semanas, lo que inevitablemente va a retrasar su puesta a punto para el inicio de Liga.

Este contratiempo pone, de hecho, en peligro la participación del lateral marinense en el estreno liguero del Celta contra el Real Madrid, programado para el 17 de agosto en Balaídos. El concurso de Mallo en el encuentro frente al conjunto de Zinedine Zidane dependerá de la evolución de la lesión en las próximas semanas.

Las precauciones que el cuerpo técnico ha tomado con Mallo en los últimos días no han bastado para evitar que el capitán céltico cayese lesionado. El marinense no participó el pasado sábado en el primer amistoso de la pretemporada disputado el pasado sábado en el campo de Baltar (Portonovo) frente al Lugo para evitar precisamente una lesión que se ha producido igualmente. Kevin Vázquez, en el primer tiempo, y el juvenil Sergio Carreira, en el segundo, cubrieron la vacante de Mallo frente al conjunto lucense.

Al término del choque, el preparador celeste, Fran Escribá, reveló que se encontraba bien, pero que no había disputado el encuentro por precaución. "Si fuese un partido de Liga, seguramente lo hubiese jugado, pero era una tontería tomar un riesgo cuando además teníamos a Kevin y a Sergio que, siendo un joven, ha hecho una muy buena segunda parte", declaró el técnico tras el encuentro.

La ecografía practicada al futbolista en la tarde del martes ha desvelado sin embargo la existencia de este edema que va a retrasar la puesta a punto del capitán celeste entre dos y tres semanas, si no se produce ningún nuevo contratiempo.

Mejor pronóstico parecen tener, al menos en lo que atañe a su participación en el debut liguero, el centrocampista Okay Yokuslu y el portero Rubén Blanco.

El centrocampista turco continúa recuperándose con buenas expectativas de la rotura parcial del ligamento cruzado posterior de la rodilla derecha que sufrió a mediados del pasado mes de mayo durante un partido con la selección de Turquía. El futbolista ha iniciado, tal como preveían los servicios médicos, el entrenamiento con el grupo, por ahora todavía de modo parcial. El jugador, que se reincorporó a la disciplina celeste cuando ya llevaba seis semanas lesionado, realizará alguna sesión de trabajo extra para avanzar lo posible en su puesta a punto, que sufre cierto retraso con respecto a sus compañeros.

Por lo que respecta a Rubén Blanco, los médicos se muestran también optimistas sobre las posibilidades de que el guardameta mosense esté a punto para recibir al Real Madrid el próximo 17 de agosto. Aunque Rubén se entrena por ahora en el gimnasio al margen del grupo, se estima que en un par de semanas estará listo para competir.

Por otra parte, en la mañana de ayer ser reintegró a los entrenamientos el delantero uruguayo Gabriel Fernández, el Toro, quien tuvo que guardar reposo domiciliario la víspera debido a una gastroenteritis.