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El ojo clínico de Eusebio

El técnico pucelano hizo jugar a Denis con el primer equipo en un amistoso contra el Areas recién cumplidos los 16 años

Denis Suárez, junto a Jonathan Vila, en 2011. // Marta G. Brea

Sucedió el 18 de enero de 2010. El Celta, que buscaba refuerzos en el mercado invernal, se dolía de que Jonathan Pereira hubiese elegido al Betis. El equipo, al que Iago Aspas había salvado del descenso a Segunda B la temporada anterior, ocupaba la decimosexta posición a la conclusión de la vigésima jornada, con tres puntos sobre los puestos de descenso, en una clasificación liderada por la Real Sociedad. El proceso concursal había culminado en el mes de junio y su estricto cilicio económico constreñía cualquier sueño. A falta de alegrías ligueras, la plantilla y la afición paladeaban la inminente eliminatoria copera contra el Atlético de Madrid. Eusebio Sacristán planeó aquel lunes un amistoso contra el Areas en A Lomba, que le sirviese de rodaje a los jugadores con menos participación. La principal noticia fue que el central Ortega se vistiese de corto cuatro meses y medio después de haberse operado la rodilla. El Celta ganó 0-4. Un dato se reflejó sin mayor entusiasmo: el tercer tanto lo había marcado un chiquillo de cuyo nombre no se tenía demasiado clara la acentuación. Fue el debut oficioso de Denis Suárez, se pensaba que quizás Denís. El 6 de enero había cumplido 16 años. Su debut oficial sigue pendiente, pero está ya próximo.

"Fueron amistosos que organizamos entre semana para que compitiesen los que jugaban menos", explica Eusebio, que recuerda con precisión aquel hecho que para el común pasó desapercibido. "Denis salió en el segundo tiempo.Era impresionante verlo con ese potencial, esa calidad. Pensaba: 'Este chico va a ser una maravilla'".

A Denis ya le conocían el talento los expertos en la cantera. El entrenador pucelano descubrió lo que su cuerpo, engañosamente frágil, escondía: "Podía parecer menudo, pero me impresionó su condición física. Cogía el balón y se iba con facilidad de los contrarios, llegando al área muy bien desde el mediocampo. Tenía calidad, llegada, remate, pero también era muy poderoso. Me sorprendió contra aquel equipo de Tercera. Llamaba la atención que se pudiese ir en el uno contra uno por fuerza de jugadores de veintitantos años".

El Celta retrata en Portonovo a los dieciséis canteranos que trabajan a las órdenes de Escribá. Dieciséis fueron también los que llegó a convocar Eusebio en algún momento de aquella temporada. A Iago Aspas y Hugo Mallo los impulsó él. Y a otros que fueron esenciales en el crecimiento del club y el posterior ascenso. Eusebio abunda: "Aquellos partidos me sirvieron para ir viendo a Hugo, a Joselu... 'Qué bien tener a estos chicos en el primer equipo', me decía. Tenían condiciones para jugar con la idea que yo quería. Piensas que son muy jóvenes, pero que te van a dar lo que tú persigues. Había que acelerar el proceso como fuese. A Denis se le veía que en cualquier momento podía entrar en la dinámica de lo que yo buscaba".

Su padrinazgo quedaría interrumpido. El Celta no renovó a Eusebio en el verano de 2010, sustituyéndolo por Herrera. A Denis, que ya se había estrenado con el filial, lo traspasaron al City en 2011. Volverían a reencontrarse en el Barcelona en 2013. Eusebio, que dirigía el filial azulgrana, reemprendió su enseñanza: "Utilizaba a Denis como extremo y como interior. En cualquiera de las dos posiciones me daba mucho. Claro, yo tenía a Sergi Roberto y a Rafinha de interiores. A él lo colocaba como uno de los tres de arriba, metiéndolo hacia dentro y ganando un hombre más en el centro del campo. Desde ahí me daba muchas llegadas de segunda línea, se asociaba... Tuvimos un año muy bueno con él".

Denis daría el salto a Primera, en el Sevilla y el Villarreal, antes de que el Barça lo repescara. Durante las tres últimas campañas se ha empeñado en triunfar en el Camp Nou, a la postre de manera estéril. Eusebio lo achaca a haber tenido "muchisima competencia del máximo nivel. Te tienes que conformar con tus minutos, tus partidos, y convivir con eso. ¿Cuándo te va a llegar el momento de ser el primer espada? Necesitas tiempo. Es cuestión de tener paciencia y de encajar con el entrenador. Pero es complicado consolidarse. El Barça ficha primeros espadas y eso ya lo tienen difícil".

Si bien se daba por segura la mudanza de Denis a otro club, jugar en el Celta parecía más un deseo para el ocaso. "No me sorprende", replica Eusebio al evaluar el fichaje. "Él ha vivido el éxito en Villarreal y en el Sevilla, sitios donde ha visto que ha dado muy buen nivel. Yo creo que también habrá visto el ejemplo de Iago. Le habrá gustado y se habrá dicho: 'Esto es lo que yo quiero en mi carrera. Si puedo ser importante en un equipo y explotar, ¿dónde mejor que en casa?'. El Celta es un equipo de calidad, donde podrá disfrutar del juego y sacar lo mejor de sí. Es una muy buena decisión para el Celta y también para él".

A Eusebio, que esperará algún banquillo de Primera tras su adiós al Girona, le emociona el actual proyecto céltico y saberse partícipe de la chispa que lo desencadenó: "Es el sitio donde empecé como entrenador. Juntos pasamos momentos difíciles. El Celta y yo pusimos las bases de lo que está siendo nuestro futuro. El Celta está disfrutando de un momento de su historia muy bueno. A uno le sabe bien haber formado parte de aquello".

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