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"Mi forma de marchar no fue lo más ético"

Mina admite haberse equivocado en cómo se fue al Valencia ä "Tendré que cambiar esos pitos por aplausos", dice de cómo ha sido recibido en Balaídos desde entonces - "Va de corazón porque yo de verdad siento al Celta"

Santi Mina, entre Jozabed y Denis Suárez, en el entrenamiento de ayer en Baltar. // Rafa Vázquez

La presentación de Santi Mina, que trabaja junto a sus compañeros en Portonovo, se realizará mañana viernes en Balaídos a las 19.23, hora elegida como guiño al año de fundación del Celta. El club incide en la simbología emocional de sus fichajes y sus actos. Mina anticipó ayer en el canal oficial de la entidad cómo enfoca su regreso. El departamento de comunicación le ayuda a limar asperezas. Mina no eludió su polémica marcha al Valencia en 2015, los abucheos recibidos en Balaídos, los rescoldos de malestar que aún puedan quedar en parte del celtismo. Confía en su actitud para disipar cualquier rastro de divorcio: "Tendré que cambiar desde el campo esos pitos que hubo alguna vez por aplausos".

"Principalmente es un orgullo volver a casa, volver a Balaídos. Son sentimientos increíbles", manifiesta el delantero en la entrevista. Cuando se conoció que el Celta estaba valorando una operación con el Valencia que incluía su intercambio con Maxi, Mina apreció una reacción positiva en los aficionados celestes. "Después de cuatro años fuera de mi casa, ver el cariño con el que me siguen tratando aquí en Vigo tanto la gente como los excompañeros hizo mucho para tomar esta decisión. Al final un jugador lo que quiere es sentirse arropado, necesita sentir ese cariño. Lo he notado durante todos estos años que no he estado en Vigo. Es un orgullo y un placer volver a vestir la camiseta del Celta", insiste.

El cortejo que se le hizo desde el vestuario céltico completó el proceso. "Mi mejor amigo de toda la vida, que es Rubén, está aquí. Cuando venía en algún parón de Liga cenábamos con Costas, Hugo. A Iago también me lo he encontrado alguna vez, también he coincidido con Iván Villar", revela. "Es bonito reencontrarme con ellos y compartir vestuario. Ahora también está Denis, con el que mantengo muy buena relación. Va a ser muy importante".

Surge la cuestión de su marcha, que se daba por descontada desde que se convirtió en cliente de Jorge Mendes. Dolió la frialdad, sin despedida en Vigo y asegurando en Balencia: "No lo dudé y cogí el avión". El descontento pudo tasarse el 7 de noviembre de 2015, en los abucheos que recibió cuando sustituyó a Bakkali en el Celta-Valencia. Era su primera aparición en Balaídos. En las posteriores la intensidad de los pitos ha ido disminuyendo sin desaparecer. Mina entona el mea culpa: "En parte entiendo a la gente que se haya molestado. Un chico que llevaba nueve o diez años en el club, que se fuese de esas formas, no era lo más ético ni la mejor forma de haberlo hecho. Yo lo asumo. Vuelvo a ser jugador del Celta. Tendré que demostrar dentro del campo y tendré que cambiar esos pitos que hubo alguna vez por aplausos".

Mina piensa ya en volver a pisar el césped de Balaídos, pero vestido de celeste: "La cabeza te da vueltas. Ese sentimiento de volver a casa, de volver a ver esta afición, del primer partido, que además es contra el Real Madrid... Van a ser emociones muy fuertes, pero hay que saber llevarlas. Para mí será especial porque vuelvo a casa y vuelvo a vestir esta camiseta".

"El futbolista es ambicioso. Soy de aquí. El interés que han mostrado tanto el presidente como Antonio (Chaves) como toda la directiva es un orgullo y es un reto personal también", proclama. "Quiero demostrar que no se han equivocado, que el Celta ha salido beneficiado de este traspaso. En mi mano está entrenar todos los días. Esto es un sentimiento que de verdad va de corazón porque yo de verdad siento el Celta. He nacido aquí y he estado aquí desde los nueve años".

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