Cada operación futbolística tiene su propio proceso de maduración. Algunas se resuelven a gran velocidad. Cuajan o se disuelven en días. Otras se plantean como tortuosos pulsos, en el que cada interlocutor creen que será el otro quien flaquee. A este tipo pertenece el fichaje de Nolito, que el Celta se ha planteado desde el inicio desde una perspectiva paciente. En la Cúpula de Príncipe asumen que la resolución, que esperan feliz, se producirá hacia el final de la ventana veraniega. En el plan, de hecho, no se incluye ninguna maniobra inmediata. Vuelcan sus energías en buscarles salida a Mor, Roncaglia, Mazan y Beauvue.

Nolito está participando con normalidad en la pretemporada del Sevilla. El gaditano, que anotó un gol de penalti al Reading en el primer amistoso de pretemporada, colgaba ayer una foto en Instagram anunciando el viaje de la plantilla a un stage. "Volamos a Estados Unidos para seguir con la puesta a punto", escribe. Iago Aspas le responde con un emoticono pensativo. El astro céltico ejerce de seductor o trol. Deja claro que Nolito, con el que compuso junto a Orellana un tridente añorado, ha de completar la Operación Retorno.

El Celta maneja el silencio como arma en su partida de póquer con el Sevilla. El director deportivo hispalense, Monchi, revelaba ayer: "No estoy hablando yo con el Celta particularmente sobre Nolito. El agente del jugador parece que sí tiene contactos". Añade:"Parece ser que hay un interés. En otras declaraciones, días atrás, aunque sin mencionar específicamente a Nolito, había constatado que el jugador no tiene encaje dentro de la plantilla que se ha diseñado para contentar a Lopetegui. "Las ideas están trabajadas y comunicadas hace tiempo. Estamos intentando buscar soluciones y que a nivel económico y deportivo sean ventajosas para ellos y el Sevilla", indicaba Monchi sobre los descartes. Nolito es claramente uno de ellos.

Coinciden, por tanto, las coordenadas principales: el Sevilla quiere deshacerse de Nolito, el Celta desea recuperarlo y al jugador, de las posibilidades que maneja, le atrae regresar a un equipo en el que triunfó y una tierra en la que su familia y él se sienten cómodos. Los vectores económicos, sin embargo, aún divergen.

El Sevilla, según apuntan medios del entorno, quiere recuperar parte de los siete millones que pagó al City por Nolito en 2017. Pide tres. El Celta quiere a Nolito con la carta de libertad e incluso que el Sevilla compense al jugador por la rebaja salarial que debería asumir en Vigo. No contempla una inversión importante en un jugador que sabe que volvería al Celta dispuesto a batallar por la titularidad, pero partiendo en principio en el reparto de roles como suplente de lujo. Nolito, al que le queda solo un año de contrato, firmaría en Vigo por varias temporadas (se habla de dos con opción a una tercera, dato sin confirmar). Llegará el momento de amagos, opciones y presiones. Será un fichaje a fuego lento.