Con el nuevo estadio inaugurado, el Celta se dispone a jugar el torneo que le daría el paso a militar entre los diez grandes equipos de Primera. Se jugaba a un solo partido en campo neutral y la afición se había vuelto a ilusionar con la posibilidad de jugar en la División de Honor del fútbol español. El primer partido que tenía que afrontar era contra el Sporting de Gijón, en el campo Guzmán de León.

Aquel 13 de enero de 1929 Enrique Macías, como toda la afición celtista, estaba pendiente del resultado de este transcendental partido para el futuro del Celta. Así que cuando supo que había vencido por 3-2 a los asturianos, al día siguiente, leía en el comercio del padre, voz en alto, para todos los clientes y amigos que se habían reunido en él, la crónica del Faro de Vigo que decía cómo había sido aquel memorable encuentro. La victoria, según la crónica, había sido favorable al Celta después de noventa minutos jugados de poder a poder y con bastantes incidentes, dado que ambos equipos terminaron el partido con nueve jugadores. El Celta alineó a Lilo; Cabezo, Pasarín; Pareditas, Cárdenas, J. Hermida; Reigosa, Eguía, Rogelio, Polo y Graciliano. Los goles fueron marcados por Eguía y Rogelio (2), habiendo sido expulsados Pasarín y Hermida.

El primero de los pasos en el camino hacia Primera División ya estaba dado, puesto que el Celta, junto con Santander, Betis y Sevilla, que habían eliminado al Valencia, Oviedo y Deportivo, ya era finalista. Esto y la inauguración del estadio habían devuelto la confianza e ilusión a la afición que, al igual que Enrique, estaba esperanzada en jugar en Primera División. Cosa que se pensaba debía hacer sin tener que jugar aquella liguilla de ascenso, dado que la Primera División estaba formada por los equipos campeones y subcampeones de la Copa de España, de la que en 1908 el Fortuna, uno de los equipos de la fusión, había sido subcampeón. Cosa esta que no se acepta, federativamente hablando, por tratarse el Celta de un nuevo club que no había llegado a jugar ninguna final en el Campeonato de España en sus ya cinco años de vida. Esta controversia provoca una fuerte polémica entre el Celta y la Federación Española de Futbol.

El 27 de enero de 1929 los aficionados célticos vibran de nuevo al tener que jugar las semifinales contra el potente equipo del Sevilla, considerado como el máximo favorito del torneo. El partido se juega en el Stadium Metropolitano de Madrid, donde el Celta abandona sus aspiraciones de jugar en Primera División al ser derrotado por 2-1 por el cuadro andaluz. Con todo, el Sevilla tampoco lograría jugar en Primera. La plaza fue para el Racing de Santander.

La primera Liga de Segunda División se pone en marcha el 17 de febrero de 1929, fecha en que el Celta juga su primer partido en Balaídos contra el Iberia de Zaragoza, ante el que sale derrotado 1-2, llevando el desánimo una vez más a su afición. El pesimismo se apodera por completo del celtismo al ver cómo su equipo cae derrotado 2-1 ante el Racing madrileño. Y luego sufriendo una nueva derrota en Balaídos por 0-1 ante el Alavés, perdiendo su cuarto partido contra su más directo rival, el Deportivo de La Coruña,4-2, en Riazor.

A partir de aquí el Celta parece recuperarse al empatar 2-2 contra el Sevilla en la capital de la Giralda y al ganarle al Valencia 2-1 en Balaídos. La victoria no impide el divorcio de cuatro de sus mejores jugadores con la junta directiva, que separa del equipo a Pasarín, Cabezo, Polo y Vega. Sin ellos el Celta se desplaza hasta Asturias para enfrentarse al Gijón y luego al Oviedo, perdiendo ambos partidos por 5-0. Resultados que avivan aun más la polémica, la cual no cesa con la victoria en Balaídos contra el Betis 3-1, ya que en el partido siguiente contra el Iberia de Zaragoza, en la capital maña, vuelve a ser derrotado por 1-0.

Es contra el Racing de Madrid, al que vence por 6-0 en Balaídos, cuando se piensa que hay que terminar con el divorcio de estos cuatro jugadores con la junta directiva, ya que aún se puede enderezar el campeonato y seguir aspirando al ascenso. Por lo que se enfrenta en Vitoria con su mejor equipo al Alavés, con el que empata 1-1. Como también empata al domingo siguiente en Balaídos 1-1 contra el Deportivo, venciendo en el nuevo estadio al Sevilla 3-2.

Cuando faltan cuatro partidos para la conclusión del campeonato, el Celta ya no gana ninguno de los encuentros. Los pierde contra el Valencia 3-2 en la ciudad del Turia, empata en Balaídos con los dos equipos asturianos,1-1 contra el Gijón y 3-3 contra el Oviedo. Cierra la temporada con una derrota en Sevilla frente al Betis por 3-1. Se proclama primer campeón de Segunda División el Sevilla, que asciende a Primera División por el golaveraje parcial, al quedar empatado a 22 puntos con el Iberia de Zaragoza. Descienden a Tercera División el Celta, clasificado en noveno lugar, y el Racing de Madrid en décimo, ambos con 13 puntos.

A consecuencia de este descenso de categoría dimite la directiva celeste que preside Manuel Prieto González. Tras un tiempo de presidencia provisional de Manuel Núñez, lo sustituye Alfredo Escobar Huertas, salido de las nuevas elecciones. Y el primer acuerdo que toma es renunciar a jugar en Tercera División, por considerar que se trata de un torneo similar al Campeonato de Galicia, que es para el cual el club se va a preparar para afrontarlo con éxito. Así que, de acuerdo con el entrenador Ramón Encinas, se negocia la renovación de algunos jugadores y el fichaje de otros.