Llegó la hora de decir adiós a Gustavo Cabral. Aunque realmente había comenzado a despedirse hace semanas, no fue hasta ayer cuando el Celta y el central argentino separaron sus caminos de forma definitiva tras siete años de intensa y próspera relación. El club vigués anunció su salida e instantes después el Pachuca mexicano hizo oficial la contratación del defensa para las dos próximas temporadas.En aquel campeonato, que ya conoce de una etapa anterior (temporada 2010-11 en el Estudiantes Teco), tratará el central de encontrar acomodo y, tal vez, su último contrato.
Cabral, de 33 años, tenía pocas posibilidades de seguir en Vigo. Fran Escribá le había comentado su intención de contar con él antes de que el técnico sellase su renovación. El argentino no lo tenía tan claro. Tenía propuestas para agarrar un contrato más largo (México o tal vez algún campeonato más exótico) y el Celta tampoco parecía especialmente predispuesto a otorgarle uno de los dorsales reservados a los defensas centrales. En su última comparecencia Carlos Mouriño había dicho que estarían encantados de que siguiese en verano con ellos por si no surgía una mejor posibilidad en el mercado. Un panorama irreal teniendo en cuenta que Cabral debía renovar su contrato antes del 30 de junio y, como era de esperar, el defensa se marchó de Vigo para iniciar sus vacaciones en Argentina sin tener una propuesta del Celta. Era confirmar lo que ya se sabía. El resto del proceso simplemente consistía en que el defensa encontrase un nuevo destino. No ha tardado en hacerlo. El Pachuca mexicano ha apostado por su experiencia en un campeonato donde tal vez pueda compensar con facilidad su falta de velocidad.
El Celta no ha racaneado los elogios en la nota de despedida, muy diferente a la que suele redactar a la hora de decir adiós a un futbolista. En el comunicado se puede leer que "el Celta sólo puede darle las gracias por todos estos años de afouteza, de pasión y entrega absoluta y desearle el mayor de los éxitos allá donde vaya. Son muchas las imágenes imborrables que deja Cabral con la camiseta celeste, son muchos los recuerdos que perdurarán en la memoria del celtismo tras 230 partidos y más de 19.000 minutos de juego. Un ejemplo, su gol en la prórroga al Shakhtar Donetsk que certificó el pase a los octavos de final de la Europa League", explica el comunicado.
El club vigués confía en que sus compromisos en verano le permitan regresar en agosto a Vigo para disfrutar en Balaídos de un homenaje durante la disputa del Memorial Quinocho. Ya el presidente Mouriño había mostrado su intención de que así fuese. La salida de Cabral generó ayer un profundo pesar en los aficionados del Celta que entienden que con él no se pierde solo a un futbolista sino a una de las personalidades más firmes que ha tenido el equipo en mucho tiempo. Pocos líderes encontrará el vestuario del Celta en el futuro como él.