El Celta se prepara para superar este verano el récord de ingresos por la venta de un futbolista con la puesta en el mercado del uruguayo Maxi Gómez, por el que el West Ham mantiene una oferta desde el pasado invierno y el Valencia se muestra dispuesto a pujar por el delantero uruguayo. El precio del atacante céltico está tasado en los 50 millones de euros que estipula la cláusula de rescisión de su contrato. Es posible que esa cifra se rebaje en la negociaciones para cerrar un acuerdo, pero no parece probable que se fije en menos de los 40 millones. De esa cantidad, el club vigués está obligado a ceder el 20 por ciento a Defensor, equipo uruguayo que se reservó ese porcentaje sobre los derechos del jugador cuando cerró el traspaso con el Celta por unos 4 millones de euros en el verano de 2017. Desde entonces, Maxi ha contabilizado 31 goles en Primera División (18 en la primera campaña y 13 en la segunda). Esa capacidad de remate que ha mostrado el jugador de Paisandú ha convencido a los responsables del Valencia para que se lancen a por su contratación este verano.

Manuel Agudo, Nolito, se convirtió en el verano de 2016 en el mayor traspaso en la historia del Celta cuando el Manchester City abonó los 18 millones de euros de la cláusula de rescisión del extremo gaditano. El club dirigido por Carlos Mouriño rompía el techo que Claude Makelele había establecido en el verano de 2000 al marcharse al Real Madrid tras dejar en caja algo más de 15 millones de euros.

El traspaso del centrocampista francés se cerró un año después del protagonizado por el lateral de As Neves Michel Salgado, por el que el Real Madrid pagó 12 millones de euros, lo establecido por la directiva de Horacio Gómez para dejarle marchar al equipo blanco.

El tercero de los grandes traspasos del Celta en aquella etapa entre los dos siglos tuvo como protagonista al delantero argentino Mario Turdó, que el año 2000 se marchó al Stade Rennais francés por 10,8 millones de euros.

Las seis restantes ventas de futbolistas del Celta corresponden a la gestión al frente del club de Carlos Mouriño, que el pasado verano cerró dos operaciones millonarias de jugadores de la cantera: Jonny Castro Otto se fue con el Atlético de Madrid, que lo cedió al Wolverhampton. El equipo madrileño desembolsó 6,8 millones por el lateral de Matamá y a ello tuvo que sumar 4 millones más en variables que se vio obligado a abonar al traspasar a Jonny al club inglés meses después por 17 millones de euros. A esos 10,8 millones hay que añadir los 10 que dejó en la cuenta de beneficios el delantero compostelano Borja Iglesias. El Espanyol abonó la cláusula de rescisión de su contrato. Por ese mismo dinero se marchó Santi Mina al Valencia en el verano de 2015. Entonces, la cantera de A Madroa aportaba unos importantes ingresos para sanear la economía del Celta.

Así ocurrió a finales de agosto de 2017 cuando el Celta y el Olympique de Lyon oficializaron el traspaso del centrocampista hispano-senegalés Pape Cheikh.El equipo francés abonó 10 millones de euros por el canterano céltico, a los que añadió 4 millones más en variables. Pape Cheikh, de vacaciones estos días en Vigo, se convirtió así en el tercer traspaso más caro de la historia del Celta.

Esta lista de las nueve ventas más importantes del conjunto celeste se completa por el momento con Iago Aspas, por el que el Liverpool desembolsó 9 millones de euros en junio de 2013.

A esta lista se unirá pronto Maxi Gómez, que rechazó la renovación que le planteó el Celta recientemente, según desveló el viernes el presidente Carlos Mouriño. Por ello, en A Sede dan por segura la marcha del uruguayo, que despierta gran interés en España y en las principales ligas europeas. West Ham y Valencia parecen contar con más opciones en estos momentos de llevarse al goleador suramericano, que con toda probabilidad romperá el techo de los traspasos más importantes de la historia del Celta.