El Celta daba ayer la enhorabuena a Sofiane Boufal por convertirse en el mejor regateador de LaLiga, en la que debutó este curso después de que el Southampton lo cediese por un año al equipo vigués. El futbolista nacido en París en septiembre de 1993 e internacional con Marruecos logró desbancar a Pione Sisto del costado izquierdo del ataque celeste, posición en la que disputó 35 partidos. Anotó tres goles (dos al Girona y uno al Sevilla) y aportó cuatro asistencias, una de ellas al danés-sursudanés que atraviesa por una preocupante crisis de identidad.

"Muchas gracias por todo, Celta", fue el mensaje elegido en las redes sociales por Boufal para despedirse del club que lo acogió durante esta temporada y de una afición que celebraba con entusiasmo sus malabarismos con el balón pero que le recriminaba su abuso del juego individual y sus problemas para finalizar las jugadas.

A pesar de mostrar un fútbol por lo general más efectista que efectivo, Boufal gozó del apoyo de los tres entrenadores que le dirigieron este curso en Balaídos. Así, solo se perdió tres partidos: ante el Valencia por una leve lesión en un tobillo, frente al Getafe por decisión técnica de Mohamed y contra el Espanyol por acumulación de tarjetas amarillas. En total, contabilizó 2.098 minutos sobre el terreno de juego (el 61% de la cuota), de los que el 66 por ciento los hizo formando parte del once titular.

Fue candidato a mejor jugador céltico en el mes de octubre, en competencia con Sergio Álvarez y Aspas. El premio recayó finalmente en el moañés, al que Boufal le sirvió una asistencia de gol en la visita del Valladolid a Vigo (3-3). Ambos fueron los protagonista de la decisiva victoria ante el Girona en Vigo (2-1). Aspas abrió el marcador a pase de Boufal, y éste logró el tanto del triunfo al culminar una asistencia del moañés.

Una semana antes, el franco-marroquí también dejó constancia de su clase en un escenario importante como el Wanda Metropolitano [acogerá la final de la Champions]. En el partido contra el Atlético de Madrid, el interior izquierdo del Celta completó 13 regates tras catorce intentos, lo que le llevó a liderar esta faceta del juego en la que Leo Messi aparece como uno de los máximos especialistas mundiales.

Su carácter extrovertido le facilitó la integración en una plantilla formada por una mayoría de jóvenes, aunque el franco-marroquí se encontró más a gusto cuando el Celta incorporó en enero pasado a Ryad Boudebouz, un argelino nacido en Francia. Ambos acabarían protagonizando la semana pasada un incidente de tráfico al ser sorprendido por la policía circulando en unas mini motos por Samil a mayor velocidad de la establecida.

En las últimas jornadas quedó relegado a la suplencia por un Fran Escribá que buscaba interiores que elevasen el paupérrimo porcentaje de recuperaciones del balón que han registrado los atacantes célticos a lo largo del curso.

Con los 144 regates contabilizados, Boufal se marcha del Celta con una media de 4,1 acciones de desborde por partido. Su paso por el Celta ha resultado positivo. Mejoró los números que obtuvo un año antes en el Southampton, con el que disputó 30 partidos oficiales, con dos goles y otras tantas asistencias.

La cesión al Celta incluía una opción de compra de 15 millones de euros que el equipo vigués no está dispuesto a contemplar. En el club consideran interesante al jugador, pero como segunda opción de un mercado que comenzará a moverse estos días y en el que el equipo vigués buscará interiores con menos habilidad técnica pero que aporten más trabajo y efectividad en la fase de recuperación de la pelota.

Como le advirtieron cuando llegó a Vigo, Boufal estaba en condiciones de pelear por la titularidad, que se ganó en el quinto partido, tras su irrupción espectacular durante la segunda parte en Girona. En Montilivi marcó un gol y dejó constancia de su clase.