El partido del pasado domingo contra el Rayo Vallecano ha sido muy probablemente el último con la camiseta celeste de Maxi Gómez, cuyo traspaso da el Celta por descontado este verano por un precio inferior a los 50 millones de euros estipulados en su cláusula de rescisión.

El club está convencido que ha llegado la hora de vender al delantero, cuya cotización se mantiene elevada a pesar de la decepcionante temporada firmada por el equipo celeste. Los números del delantero uruguayo, de 22 años, impresionan y son varios los equipos de la Premier League (al conocido interés del West Ham y el Tottenham parece haberse sumado últimamente el del Liverpool) y alguno español los que están dispuestos a pujar por hacerse con sus servicios.

Después de dos temporadas de grandes ofertas y la cabeza de futbolistas más fuera que dentro del equipo, en A Sede consideran que ha llegado el momento de hacer caja con futbolista que costó hace un par de años 4 millones de euros con una venta que podría multiplicar varias veces esta inversión.

Las dificultades para renovarlo a pesar de su bajo salario y la problemática relación que el Celta mantiene con su agencia de representación aconsejan su venta este verano, especialmente si se considera que el club tiene fichado ya a un sustituto de muy parecido perfil, su compatriota Gabriel, el Toro Fernández, desde el pasado verano.

A diferencia de anteriores ocasiones, el Celta no tiene previsto remitirse a la cláusula de rescisión para vender al jugador. No se exigirán 50 millones para dejarlo salir, aunque sí una cifra que se aproxime a esta cantidad. La cuestión ahora es si Maxi Gómez se reincorporará a la pretemporada o será vendido antes de la vuelta al trabajo del equipo, que hoy inicia sus vacaciones. Se da por seguro, en todo caso, que el traspaso del uruguayo batirá con creces el récord de ventas establecido en 2016 con el traspaso de Nolito al Manchester City por 18 millones de euros.

Sí cuenta el Celta con que esté en Vigo para la puesta a punto del equipo Gabriel Fernández, a pesar de los problemas judiciales del delantero que tiene restringidas las salidas de Uruguay, por su implicación en el atropello de una joven el pasado verano.

El futuro de Stanislav Lobotka, otro de los futbolistas celestes con buen cartel de mercado, es más incierto Stanislav Lobotka. El interés que importantes clubes europeos mostraron recientemente por adquirir al internacional eslovaco parece haberse enfriado en los últimos tiempos con su decreciente rendimiento en el Celta. La mala temporada del equipo celeste no ha contribuido precisamente a revalorizar al futbolista, que no ha sobresalido del tono gris del equipo.