Fran Escribá quiere seguir en el Celta la próxima temporada, aunque su continuidad la supedita a las negociaciones que en los próximos días tiene previsto mantener con el club. Ayer no pudo acabar el partido, fue expulsado por su paisano Mateu Lahoz. No encuentra razones a la decisión del árbitro: "No sé qué va a poner en el acta, no se qué inventará", dijo el entrenador valenciano antes de lamentar la actuación de su equipo en el cierre de un curso en el que el Celta concluye en la decimoséptima plaza. "El nivel del equipo no se refleja en la clasificación", tras reiterar: "No nos salió un buen partido".

"No exigiré nada. Mi única obsesión era salvar el equipo. Estoy muy feliz aquí y si hay una opción de seguir en el Celta lo haré. La posibilidad de seguir está ahí. No he hablado nada con el club porque me obsesionaba lo mismo que al club. Existe la posibilidad de seguir. Estoy contento y en general el club está contento conmigo", comentó sobre su futuro.

Escribá reconoce que el Celta no realizó un buen partido ante un Rayo Vallecano ya descendido, pero espera que la lectura sobre la resolución de LaLiga "sea positiva y que seamos felices porque conseguimos la salvación, aunque nos quede el mal sabor de este partido". Una victoria ante los rayistas les hubiese permitido sumar el cincuenta por ciento de los puntos que el conjunto celeste disputó con Escribá en el banquillo.

"El nivel del equipo es mucho mejor de lo que la clasificación refleja. La tensión nos ha penalizado", explicó el preparador céltico, quien volvió a elevar al altar de las grandes figuras a un Iago Aspas que ayer dio el empate con otro doblete. "Es evidente que es el mejor jugador de la plantilla y hace buenos al resto de compeñeros. Hoy no ha hecho un buen partido, pero aún así ha marcado dos goles. Es una barbaridad ganar por tercera vez el Trofeo Zarra al máximo goleador español".