No es bueno apelar a la mala suerte, pero la realidad es la que es: el Celtaen la máxima categoría del fútbol nacional.

Queda una pequeña grieta por zanjar que quizás no tenga ni que tapar hoy ante el Rayo (Balaídos, 20.45 horas), ya que se tendrían que alinear los astros para que explote todo y sea el Girona -equipo que ocupa la plaza de descenso a tres puntos del Celta- el que no se ahogue en la orilla. Con todo, ni siquiera los grandes de Europa como el Barça, el Real Madrid o el Ajax están exentos de estos gatillazos que posan para la historia.

Una catástrofe mayúscula llevaría a los Escribá a la segunda división y sería con el siguiente escenario: primero, antes de nada, que los celestes pierdan ante la escuadra madrileña; segundo, que el Girona gane en Mendizorroza al Alavés. Este supuesto colocaría a ambos equipos con 40 puntos.

En caso de igualdad, el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol determina que acabará en una posición superior quien tenga mejor diferencia de goles en los dos enfrentamientos directos entre los implicados. Aquí también empatan gallegos y catalanes (3-2 ganó el Celta en Vigo y 2-1 el Girona en su estadio).

Ahora viene la épica, ya que el siguiente parámetro a consultar es la diferencia de tantos en el global de la competición, casillero donde también vencen los de Escribá, pues mantienen un +6. Con todo, a los gerundenses tampoco les llegaría con esa desigualdad, sino que tendrían que revertir la tabla hasta el +7 porque, con los mismo datos en esto último, para los celestes la perra gorda, ya que suman 51 dianas a favor por 36 del Girona.

Esto se traduce en que el Celta descendería si, por ejemplo, pierde hoy 0-3 y el Girona gana 4-0; si el Celta pierde 0-4 y el Girona alza un 3-0. Muy improbable, aunque torres más altas han caído.

Así lo reza la 'ley' del fútbol en España:

Artículo 2012. Si al término del campeonato resultara empate entre dos clubs, se resolverá por la mayor Artículo 201

diferencia de goles a favor, sumados los en pro y en contra según el resultado de los dos partidos jugados entre ellos; si así no se dilucidase, se decidirá también por la mayor diferencia de goles a favor, pero teniendo en cuenta todos los obtenidos y recibidos en el transcurso de la competición; de ser idéntica la diferencia, resultará campeón el que hubiese marcado más tantos.

Lo palpable es que los vigueses en contadas ocasiones han caído de forma tan abultada como simula este hipotético caso. Su mayor derrota en Balaídos a lo largo de su historia fue un 0-5 contra el Oviedo, y ya llovió: un 24 de octubre del 1943. Para más inri, la peor caída ante los vigueses en toda su historia ha sido de un 0-2 en la 2013-2014 en la división de oro.

En la ida de la presente temporada, los franjirrojos vencieron por 4-2; por su parte, los de Eusebio empataron a 1 en Montilivi contra los babazorros. Los vigueses pueden desiquilibrar la balanza en lo que se refiera a los enfrentamientos ante el Rayo: 21 victorias, 21 derrotas y en 15 ocasiones hubo reparto de puntos.

Con todo, los celestes prefieren no hacer cuentas, ni siquiera saber que el empate les sirve, ya que hoy deberán devolverle a la afición todo lo que ha hecho para llevar al equipo en volandas en un periplo que comenzó ante el Villarreal, cuando, al término de la primera mitad, con un 0-2 en contra, el club de Príncipe veía a 7 puntos la luz en lo alto del pozo.