El gol de Bardhi en Montilivi dio al Celta que tendrá que sellar definitivamente hoy en Balaídos (20:45 horas) junto a una afición que se ha ganado a pulso que los de Fran Escribá le dediquen la quinta victoria consecutiva en casa porque con su apoyo incondicional y compromiso se convirtió en un puntal fundamental para evitar el descenso de categoría de los célticos. Ese será el principal aliciente de un partido en el que el rival, el Rayo Vallecano, ya descendido, solo se juega la honra, porque sus naves las hundió la semana pasada ante el Valladolid, otro de los beneficiados por el triunfo del Levante ante un Girona al que solamente le salvaría una carambola: esperar una derrota del Celta y reducir de una tacada los seis goles con que les aventajan los célticos en el cómputo general.

Escribá y sus jugadores han reiterado sus deseos de evitar el exceso de confianza en un partido en el que buscarán una victoria que les garantice la permanencia en la máxima categoría y que sirva además como homenaje al celtismo, que se ha ganado a pulso el premio de mejor afición de LaLiga en esta temporada y que volverá a recibir a los jugadores con otra quedada envuelta en el humo de las bengalas y los cánticos de ánimo que continuarán hasta más allá de los noventa minutos de partido, cuando los futbolistas salgan del vestuario y regresen al campo en chan-clas para saludar a sus incondicionales en la esquina de la Grada de Río con Marcador.

A partir de ahí, se pondrá el cierre a una temporada que Aspas y Okay consideran como "un fracaso" pero que Escribá rebaja a "decepcionante", después de que el club marcase como objetivo del año la clasificación del equipo para una competición europea. De los altibajos en los resultados y la desconfianza con Mohamed se pasó a la desilusión con Cardoso, al que relevó Escribá para poner cordura y, con ayuda de un Aspas genial y una afición entregada, conseguir que el Celta evitase seguir peleando por descenso en los minutos finales de la penúltima jornada.

Será, además, la despedida de Radoja, tras cinco años como céltico. El serbio vivirá el partido desde la grada, como el resto de la temporada por la decisión del club ante su negativa a renovar el contrato. Pero también será el último partido con la celeste para cedidos como Hoedt, Boudebouz y posiblemente Boufal, a la espera de negociar el fichaje de Olaza. También podrían vivir sus últimos instantes en Balaídos veteranos como Sergio Álvarez y Gustavo Cabral, con los contratos agotados.

Escribá cuenta con toda la plantilla, a excepción del mencionado Radoja y de los lesionados David Juncà y Emre Mor. La convocatoria con los 18 futbolistas no se conocerá hasta horas antes del partido, pues el técnico programó para esta mañana una ligera sesión de trabajo sobre el mismo césped de un Balaídos que podría registrar la mejor entrada de la temporada, pues los abonados agotaron en unas horas todas las invitaciones disponibles. El Rayo reservó 108 localidades para sus aficionados.

Salvo sorpresas, Escribá apostará por un once inicial con Rubén Blanco en la portería. En la defensa volverá posiblemente Gustavo Cabral, ausente en Bilbao por decisión técnica, con Araújo como pareja de centrales, mientras que Mallo y Olaza se moverán por los laterales. Okay y Lobotka son fijos en el mediocentro, con Boufal como interior izquierdo y Brais Méndez o Boudebouz por la derecha. Arriba, Maxi Gómez y un Iago Aspas que afrontará el partido con el aliciente añadido de obtener su tercer Trofeo Zarra consecutivo. El moañés suma 18 goles. La principal amenaza para el céltico es su ex compañero Borja Iglesias, del Espanyol, que contabiliza un tanto menos que el moañés, que cuando inicie el partido contra el Rayo ya sabrá si necesita marcar algún gol más para convertirse en el mejor artillero español de Primera División.

Escribá, cuyo futuro en Vigo, a la espera de las negociaciones que mantenga con el club la semana que viene, se muestra cauto e insiste en que todavía está pendiente de confirmar la permanencia y advierte de que el Rayo es un rival que presentará batalla en Vigo a pesar de haber consumado el descenso de categoría.

Paco Jémez introducirá varias novedades en el once rayista, aunque las más importantes serán en la defensa por la lesión del lateral derecho Tito y la sanción del izquierdo Álex Moreno. Al primero le sustituirá el peruano Luis Advíncula y al segundo Sergio Akieme.

En el centro del campo jugará el ex céltico Mario Suárez y podría regresar también el extremo Adrián Embarba, en cuyo caso Álvaro García se iría al banquillo.