Pione Sisto es uno de los grandes enigmas del Celta. Hace dos años, en su primera temporada en España y tras sufrir los lógicos problemas de adaptación a la Liga y a la exigencia de Berizzo, el danés terminó por convertirse en una de las sensaciones de la Liga. En un fútbol donde los regateadores van camino de la extinción, Sisto era pura alegría. Encaraba, corría en busca de su lateral, era profundo y su abanico de recursos cerca del área le convertían en una permanente amenaza para el rival.

Pero aquel futbolista desapareció por completo hasta caer en la intrascendencia y convertirse en noticia solo por ciertas extravagancias que llevan a pensar que su bajada de rendimiento va mucho más allá de una cuestión futbolística. La confesión del futbolista en las redes sociales en la que explicaba su decisión de someterse a un plan para alimentarse únicamente con fruta durante veintiún días supera casi todo lo imaginable y es difícil de entender en una estructura profesional en la que ciertos hábitos deben ser incuestionables. Y Pione se ha saltado uno de los más importantes y que tiene que ver con la nutrición, un aspecto que en el fútbol profesional se cuida en la actualidad de un modo escrupuloso.

El Celta. Alimentarse solo con fruta constituye una práctica extrema del veganismo que acarrea un puñado de efectos secundarios. Nutricionistas consultados señalan que este tipo de dieta suele llevar asociados problemas como la anemia o la fatiga, afectan al sistema inmunológico y en la mayoría de los casos obliga a completarlo con otros suplementos que aporten los nutrientes necesarios para el cuerpo. Todos lo desaconsejan de forma enérgica y mucho más en el caso de un deportista de élite, sometido a un mayor desgaste a la hora de desarrollar su actividad y cuyo organismo necesita un tipo de combustible que no llega únicamente a través de la fruta. Es inaudito algo así en el fútbol profesional.

Este episodio es el "perfecto" colofón a una temporada en la que Pione Sisto es evidente que no ha sido capaz de centrarse en el fútbol y que le ha llevado a reducir sus números de forma salvaje con respecto a las dos primeras temporadas en el fútbol español. De los 2.534 minutos que disputó la temporada pasada ha caído a 827 (una tercera parte); de los cuatro goles ha bajado a dos; y de las diez asistencias (uno de los mejores de toda la Liga) que dio el curso pasado a una sola en la actual. Las cosas a veces no suceden porque sí y más allá del rendimiento colectivo del Celta -que ha bajado con respecto a los ejercicios anteriores- es una evidencia que Pione no ha estado centrado en su tarea como futbolista y que su cabeza ha estado más ocupada en otros asuntos como el de "alcanzar el susconsciente" tal y como explicaba en el vídeo en el que confesaba sus revolucionarias prácticas nutricionales.

El capítulo puede añadirse a su manía con el agua, al periodo que pasó viviendo en la sede de Príncipe junto a los chicos de la cantera o a la obsesión por dietas alternativas que le ha llevado a crear un perfil diferente en Instagram donde expone sus teorías o prácticas. Ahí fue precisamente donde relató que había dejado el plan de comer solo fruta durante 21 días.

Ahora la temporada se acaba y Pione Sisto volverá seguramente a estar en los rumores sobre una posible salida. Hace un año el Celta rechazó una oferta del Milan de casi quince millones de euros, una decisión de la que esta temporada se han arrepentido varias veces en la sede del club. Será complicado que después de su año y conocidas sus peligrosas costumbres alguien pueda hacer una apuesta tan decidida por el danés. Una de las patatas calientes con las que el Celta tendrá que lidiar este verano.