El nuevo y espectacular San Mamés acoge hoy (18:30 horas, Bein LaLiga) un clásico de LaLiga, con dos equipos cuyo primer duelo se remonta a 1924 en el campo de Coia. Cambian escenarios y protagonistas, pero se mantiene el ambiente de rivalidad (más de quinientos celtistas viajan a Bilbao) tras protagonizar 121 enfrentamientos oficiales. El de hoy es especial por lo mucho que se juegan ambos equipos: la clasificación para la Liga Europa, los locales; la permanencia en la máxima categoría, los visitantes. Un empate podría ser suficiente para las aspiraciones de ambos, pero incluso no valdría la victoria de uno y de otro para lograr el objetivo. Así de apretado se presenta el desenlace de un campeonato que decretó horario unificado en la penúltima jornada, a la que el Athletic llega en la séptima plaza, con 50 puntos; y el Celta, en la zona baja, con 40, tres más que un Girona en el puesto de descenso. En la cita del equipo catalán en Montilivi contra el Levante se juegan mucho los célticos. Una derrota de los locales daría la permanencia "virtual" a los celestes a falta del partido del sábado 18 en Balaídos ante un Rayo Vallecano ya descendido, como el Huesca.

Athletic Club y Celta vuelven a coincidir después de que a principios de año en Balaídos ganasen los vascos (1-2) gracias a una gran actuación de Iñaki Williams. El vasco de origen africano regaló el primer tanto a Muniain y anotó el segundo después de que Beltrán empatase al filo del descanso. Y para evitar que el delantero del Athletic repita protagonismo, Fran Escribá ha decidido modificar la defensa. Se cae del once Gustavo Cabral, que ni siquiera ha ido convocado a pesar de convertirse en una pieza fundamental para el técnico valenciano. En lugar del argentino entrará seguramente David Costas, que aporta la rapidez suficiente para mantener a raya al ágil atacante nacido en Bilbao y uno de los causantes de la transformación del equipo vasco desde la llegada al banquillo de Gaizka Garitano en sustitución del excéltico Berizzo.

Ayer se cumplían dos años de la inolvidable noche de Old Trafford, donde los célticos rozaron la final de la Liga Europa. Mucho ha cambiado la vida desde entonces para el técnico argentino (ahora seleccionador de Paraguay) y para el Celta, que por sus errores en la contratación de entrenadores se ha visto abocado a la pelea por la supervivencia en la élite, algo impensable en el inicio del curso al reunir una plantilla dispuesta a pelear por los puestos europeos.

A la zona alta ha llegado el Athletic tras el revelo en el banquillo. El Celta, en cambio, tuvo que esperar a la tercera elección de entrenador para salir a flote. Con Escribá ha sumado 15 de los 30 últimos puntos. Hoy se presenta en el siempre complicado San Mamés, donde solo ha sumado tres victorias en la máxima categoría tras 52 visitas -la última en 2006-, cuando viene de encadenar cuatro jornadas sin perder (empates ante Espanyol y Leganés y victorias sobre Girona y Barcelona). Y si "la catedral" bilbaína ya es de por sí un muro casi infranqueable para los célticos, con Garitano ha elevado la altura de la fortaleza y se mantiene invicto en lo que va de 2019, donde solo ha cedido tres empates (Barcelona, Espanyol y Alavés).

La intensidad en el juego y la presión desde la grada convierten San Mamés en un estadio muy incómodo para unos rivales que han de tener muy en cuenta no solo a Williams, sino a Raúl García y a Muniain, los otros máximos realizadores del conjunto rojiblanco.

Para sumar el triunfo decisivo por la permanencia, Fran Escribá ha elegido una lista de convocados de la que se han caído los lesionados Juncà y Emre Mor, así como Cabral, Kevin Vázquez, Radoja y Jensen, por decisión técnica.

Las dudas para acertar el once se centran en el eje de la defensa y en los interiores, pues Boufal y Boudebouz llevan varios días con el ayuno del Ramadán. Según Escribá, ambos futbolistas se encuentran bien, aunque han visto alterado su horario de sueño pues han de esperar a la caída del sol para alimentarse.

Es segura la presencia en San Mamés de Rubén Blanco en la portería, con Hugo Mallo y Lucas Olaza en los laterales. Costas y Néstor Araújo se perfilan como la pareja de centrales, aunque tampoco se descarta la presencia de Wesley Hoedt por el canterano céltico, pues al técnico valenciano le preocupa también el juego aéreo del Athletic, sobre todo por parte de sus centrales y de Raúl García, que suma dos goles de cabeza, los mismos que Williams.

El Celta presentará como pivotes a Okay Yokuslu y a Stanislav Lobotka. Como interior derecho actuará Ryad Boudebouz, que ante el Barcelona dio la asistencia a Maxi Gómez para que el uruguayo abriese el marcador. El franco-argelino ha relevado de la titularidad a Brais Méndez, que espera recuperarla tras superar una lesión muscular. Por el costado derecho del ataque se moverá Sofiane Boufal. El segundo dúo más goleador de LaLiga, el formado por Iago Aspas y Maxi Gómez, será la referencia en ataque.

El Athletic encara el choque con el probable regreso al once de Íñigo Martínez y Beñat Etxebarria, ausentes en Valladolid por problemas físicos, así como Raúl García, de quien Garitano prescindió de inicio en Zorrilla. También se espera algún cambio en las bandas de ataque, en las que Óscar de Marcos e Íñigo Córdoba fueron ejemplos claros de que los rojiblancos llegan al final del curso escasos de juego. Ibai Gómez entraría por el costado derecho e Iker Muniain se desplazaría a la banda izquierda. Parecen seguros en el arranque Iago Herrerín en la portería, Ander Capa y Yuri Berchiche en los laterales, Yeray Álvarez junto a Íñigo en el centro de la defensa, Dani García al lado de Beñat en el doble pivote e Iñaki Williams en ataque, por delante de Ibai, Raúl García y Muniain.