Hugo Mallo, habitual portavoz del vestuario en las declaraciones postpartido, celebra: "Venimos de una buena dinámica en Balaídos por nosotros pero también por la gente, que nos está llevando en volandas cada vez que jugamos en casa y fuera también, como sucedió en el partido contra el Leganés". El capitán, que a lo largo de la temporada ha tenido que realizar discursos de muy diverso pelaje, reafirma ahora su satisfacción con sus compañeros: "Estoy muy contento por el grupo. Está trabajando muchísimo cada día. Ha sido un buen partido para llenarnos de moral".

"No nos vamos a engañar, la situación es complicada. Ahora se puede ver de otra manera, pero delante tenemos al Barcelona, aunque tenga rotaciones; tiene jugadores muy buenos e importantes y jugadores del filial que el día de mañana pueden estar arriba ayudando", comenta el marinense sobre las fases en las que el Celta fue dominado. "Era complicado. Se podía generar nerviosismo. Era un partido importantísimo en el que no podíamos fallar".

Lucas Olaza, una de las claves de la recuperación céltica en el último tramo liguero, advierte que queda trabajo por hacer: "Son tres puntos muy importantes contra un gran club; contra el campeón, aunque viniese con reservas. Es muy difícil ganarle. Estamos contentos. Estos tres puntos nos arriman al objetivo pero todavía no lo cumplimos. Hay que afrontar como finales los dos partidos que quedan".

"En el primer tiempo el Barcelona tuvo más la pelota, nos hizo defender más", analiza el lateral uruguayo. "En el segundo tiempo fue totalmente diferente. Fuimos nosotros los que manejamos el partido principalmente. Cuanto tuvimos las ocasiones pudimos convertir y en defensa no sufrimos mucho, ellos no patearon al arco".

Olaza recuerda el suspense del VAR y el disgusto de la anulación del tanto de Araújo: "Fue un momento tenso para nosotros. Es muy difícil últimamente en estas circunstancias poder marcar. Que lo logres y que te lo anulen es duro. Pero el equipo estuvo anímicamente fuerte y siguió buscando el resultado".