La suerte está echada para el Celta, que esta noche recibe al Barcelona (Balaídos, 20.45 horas, Movistar Partidazo) en busca de una cuarta victoria consecutiva como local que le permita apuntalar la permanencia. La visita del campeón liguero llega para el conjunto de Fran Escribá en el momento más oportuno, con el título en el bolsillo de los azulgranas y en medio de la eliminatoria de semifinales de la Liga de Campeones frente al Liverpool en Anfield, donde los de Ernesto Valverde defenderán el martes la renta de tres goles obtenida hace unos días en el Camp Nou.

Con el máximo título continental bien encarrilado y la posibilidad de alcanzar el triplete -el próximo 25 de mayo disputarán al final contra el Valencia-, el compromiso frente al Celta ha perdido toda trascendencia para los azulgranas, que reservarán a todas sus estrellas para el enfrentamiento contra los Reds. Valverde está decidido a proteger a sus titulares y el Celta pretende aprovecharse de las rotaciones del preparador azulgrana para imponer al campeón su fortaleza en casa desde que recuperó a Iago Aspas para la causa. Valverde se ha dejado en Barcelona a ocho de los titulares del partido del pasado miércoles contra el Liverpool. Ter Stegen, Piqué, Alba, Sergi Roberto, Busquets, Rakitic, Messi y Luis Suárez no estarán en Vigo. De los titulares solo se desplazan Lenglet, Vidal y Coutinho y ninguno de los tres va a estar en el once inicial.

Todos los factores se conjugan a favor de los celestes. El equipo vigués se encuentra en su mejor momento del curso y dispone de todo su arsenal frente a un rival que no le va nada ya en juego y que buscará el triunfo con una legión de suplentes entre los que se cuenta un buen número de jugadores del filial. A estas favorables circunstancias y al incondicional empuje de su premiada afición, que volverá a empujar al equipo hacia el triunfo, fía el Celta sus opciones.

Fran Escribá, sin embargo, recela de la relajación que se le adjudica al Barça. La ausencia de sus figuras y singularmente del incomparable Leo Messi resta talento pero no peligrosidad al Barça. No cualquiera está capacitado para jugar en este equipo y los hombres de la segunda unidad culé suponen todo un desafío para los celestes en un partido en el que la va media vida en juego. Un nuevo triunfo en casa pondría la permanencia a tiro de piedra; una derrota obligaría en cambio al Celta a ganar la próxima jornada en San Mamés a un Athletic que pugna por Europa para evitar jugarse la salvación a una sola carta en el último partido contra el Rayo en Balaídos.

En todo caso, lo que es seguro es que el entrenador del Celta no se va a dejar nada en el armero. Con todo el plantel a su disposición, Escribá desplegará sobre el verde del coliseo celeste el que ya se considera su equipo tipo, un once que bajo del liderazgo de Iago Aspas, prácticamente se puede recitar de memoria. La única duda estriba en si el técnico céltico otorgará la titularidad a Brais Méndez en la banda derecha o apostará por otras opciones ya empleadas en su ausencia, como el franco-argelino Ryad Boudebouz (incluso Jozabed o Hjulsager).

"Brais está muy bien", aseguró ayer Escribá, quien destacó el buen trabajo realizado por el futbolista durante la semana y recordó que ya jugó quince minutos a "muy buen nivel" en Butarque, a pesar de haber entrenado tan solo día y medio. Las palabras del técnico céltico sugieren que el canterano será titular frente a un adversario contra el que ya ha realizado buenos partidos en el pasado.

El resto del once parece cantado. Rubén Blanco se pondrá de nuevo al frente de la portería, protegido por la que ya puede considerarse la defensa titular de la temporada, con Hugo Mallo y Lucas Olaza enlos flancos y Gustavo Cabral y el mexicano Néstor Araújo en el centro de la retaguardia.

Okay Yokuslu, que regresa al equipo tras cumplir sanción en Butarque por acumulación de tarjetas, formará de nuevo junto a Stanislav Lobotka en el eje de la línea medular. Brais, a la derecha y Sofiane Boufal, en su mejor momento de forma del curso, a la izquierda, ocuparán las bandas precediendo a la pareja atacante: Iago Aspas y Maxi Gómez.

Aunque Escribá dispone para el partido de todos sus efectivos, no dará a conocer la lista de convocados para el choque hasta después de la "breve activación" que el equipo celebrará esta mañana en Balaídos. Descontando al marginado Nemanja Radoja, el técnico deberá realizar cinco descartes. Mor y Juncà, por sus recientes lesiones, parecen los más probables, junto a alguno de los centrales no titulares, Kevin Vázquez y probablemente también alguno de los hombres de medio campo.

Ernesto Valverde, mientras, presentará un equipo similar al que se enfrentó al Huesca hace algunas jornadas con inusual un esquema de tres centrales (Todibo, Umtiti o Murillo y Vermaelen) y dos carrileros (el canterano Moussa Wagué y Malcom).

A diferencia del partido de El Alcoraz, el entrenador azulgrana ha decidido dar descanso en la portería a Marc André Ter Stegen en beneficio de Jesper Cillessen. El alemán se queda en Barcelona y su lugar en la lista lo ocupa Iñaki Peña, el guardameta del filial.

Ausentes también Rakitic y Busquets, el técnico cacereño podría alinear en medio campo a los canteranos Carles Aleñá y Riki Puig, que también utilizados ante el Huesca, junto Arthur o Arturo Vidal, mientras que sin Leo Messi ni Luis Suárez en la ecuación, Kevin-Prince Boateng y seguramente francés Ousmane Dembelé (todavía sin ritmo tras su lesión) serán los encargados por el preparador azulgrana de poner la munición en ataque.

Pero al margen de la situación en la que llegue el Barcelona, de su alineación o de su actitud, el Celta no tiene otra alternativa que la victoria. No hay nada más allá. Un tropiezo le abocaría a una última jornada de infarto con seguridad; una victoria despejaría el camino. No son tres puntos, son mucho más que eso.