Ha concluido la temporada en Liga Femenina 2. Segunda derrota consecutiva del Celta Zorka en la final por el ascenso. Comienza en los despachos el tercer asalto. El director deportivo del club, Carlos Colinas, espera presentar hacia mediados de mayo un proyecto que responda a las peticiones de la entrenadora, Cristina Cantero, y que encaje en el marco económico diseñado por el presidente, Carlos Álvarez. Anne Senosiain, Tamara Montero y Ainhoa Lacorzana son las jugadoras con contrato en vigor. En general se apostará por la continuidad de la plantilla, con retoques. Las lesiones, más que los defectos, han impedido culminar con éxito el camino. Habrá jugadoras, como Raquel Carrera, de cotización al alza, que serán difíciles de retener.

La expedición céltica llega a las 16.00 de Tenerife, con escala en Madrid. Caras de cansancio y sonrisas tristes. El orgullo se mezcla con la decepción. En 2018 el ascenso se quedó a un triple en la final contra el anfitrión Valencia, en lo que hubiera sido una gesta milagrosa. En esta ocasión la final se perdió de manera holgada (54-85) ante otra plantilla confeccionada a golpe de talonario, la del Campus Promete. El objetivo se había escapado el día anterior, en el cierre del grupo: una derrota por 74-77 ante el Leganés, al que se fue ganando de 19 en el tercer cuarto. El triunfo hubiera situado como rival del cruce al más asequible Almería. "Hubiéramos tenido más opciones reales", admite Cantero. "No nos había pasado en toda la temporada, en 15 minutos nos metieron 45 puntos. Estábamos fundidas físicamente".

Tampoco ayudó un cambio en el criterio arbitral. "En general se ha dejado jugar bastante. Ha habido bastante guerra.Hay un momento en que se va de la mano. Pero es mi opinión", indica Cantero. Colinas argumenta: "Si hubiéramos podido elegir, no hubiéramos elegido el rival que nos tocó en la final. Tuvimos un factor suerte en el primer partido, que el Barcelona no metiese los tiros libres y poder forzar la prórroga; hicimos muy buen partido en la segunda jornada. En la tercera sucedió lo que sucedió. Con efectivos tan cortos y físicamente tan limitados te lo juegas a cara o cruz en unas condiciones de mucha desventaja". Carlos Álvarez pone el punto final a la vez que seguido: "Lo tuvimos en la mano. Pero son cosas del deporte. Estamos trabajando ya para la temporada que viene".

Es el director deportivo el que adquiere de manera inmediata el principal protagonismo. "Nada puede pararse. Será más que reciclarse o hacer un nuevo planteamiento. Hay que valorar todo, lo bueno, lo menos bueno, las jugadoras que ahora están y quizás puedan no estar,...", detalla Colinas, que también estará pendiente de los adversarios: "Tendremos que ver por dónde van nuestros rivales, los que vienen de arriba (Ferrol y Sant Adriá) y proyectos que pueden ser importantes como el Barcelona o el Unicaja si sube. Respetando nuestra identidad, nos tendremos que enfrentar a todos esos equipos".

Está asegurada la continuidad de Senosiain, Montero y Lacorzana, con contrato hasta 2020 -las dos últimas se recuperan de la rotura del cruzado-. Con ellas se conserva la solvencia del perímetro. Y es obvia la marcha de Adrienne Motley, cuya negativa a regresar de Estados Unidos puede suponer incluso un conflicto judicial. "La idea es tener antes del 15 o 20 de mayo un esbozo de lo que queremos. En el tema económico, sobre todo, a ver si podemos contar con Zorka o no y otros posibles patrocinadores. En base a eso, construiremos un equipo".

El presidente confirma: "Ahora es el trabajo de Carlos Colinas. Nunca me metí y nunca me voy a meter, siempre y cuando todo esto encaje dentro de un presupuesto. Vamos a intentar hacerlo lo mejor posible". Álvarez, no obstante, sí anticipa: "Me gustaría que siguiera el bloque, la columna vertebral, y formar un equipo que nos devuelva a la Liga Día. Es mi ilusión, pero no vamos a dejar de luchar por la cantera, que es el legado que nos dejó Paco (Araújo, su ancesor, fallecido en 2016) y que queremos mantener".

"Nos da mucha pena este año porque Carlos había acertado plenamente en los fichajes. Habíamos encajado la parte más difícil, la de las extranjeras", valora Cantero. "En el caso de Motley, la chavala se acaba yendo por un tema de dolor, de inseguridad con los médicos porque no avanzaba. El hecho de no volver es lo que nos afeó pero el dolor lo tenía y le estoy agradecida por el tiempo que estuvo con nosotros. Elo tuvo el problema de la lesión y le costó más adaptarse. Hildur ha sido como una nacional. Es importante que el grupo que mantienes encaje a las demás".

"Sí que me gustaría que hubiese continuidad", indica la entrenadora. "Mi grupo de nacionales me encanta. Me voy con ellas a cualquier lado. Sé que el día a día es muy bueno con ellas, que siguen mejorando. Me son muy fieles en el trabajo que yo quiero y no es fácil de conseguir. Pero el club tiene que hacer números, ellas tendrán otras ofertas y a partir de ahí se tomarán decisiones, que es lo más difícil".